Los que aún sean jóvenes o tengan cerca a menores sabrán lo que es un huevo kinder sorpresa. Esos que una vez devorado el bombón sale una sorpresa, que puede ser del agrado o no de los pequeños consumidores. En Eivissa, con los gobiernos que tenemos, estamos igual. A la espera de que llegue el momento de darle el último mordisco al chocolate para ver qué sucede.

Sin ninguna duda el Ayuntamiento de Vila se sitúa en el ‘top ten’ de los gobiernos kinder. Si primero fue la dimisión de Nacho Rodrigo como concejal del PP para convertirse en discípulo del PREF, ahora es el tema del puerto. La alcaldesa Marienna Sánchez-Jáuregui consigue mantenernos a todos en tensión esperando la decisión final. La va retrasando días y semanas, llegando a superar el plazo máximo establecido por Autoritat Portuària, alegando que tiene que recoger el sentir mayoritario de la ciudadanía. Finalmente, el viernes, se decide y da a conocer el deseo de esa mayoría, que a día de hoy, por otro lado, nadie conoce.

Y, ¿para qué dice nada? Una vez hecha pública la decisión [que no conocían ni sus concejales mimados, los del PREF] se le echa al cuello todo el mundo. Hasta el presidente del Consell d’Eivissa se alarma y asegura que la decisión no es aún la definitiva. Y así estamos. Para un tema sobre el que decide siguiendo el sentir popular [¿?], ahora resulta que nadie está de acuerdo. Habrá que ver cuál es el camino que sigue el Ayuntamiento de Vila. Mantener la postura de su elección y en contra de la ciudadanía o, por el contrario recular y esperar un par de meses más para pedir más opiniones y, posteriormente, analizarlas. Es decir, otro año más en el limbo de la indecisión. Y así van ya más de cinco. Casi nada.

Pero Vila no es el único. Tengo que confesar que el primer edil de Sant Joan, Antoni Marí Carraca, me conquistó el pasado viernes para formar parte de este top ten kinder. No se puede ‘vender’ un carril bici por el que ya sabes que pasarán peatones, animales y vehículos. Al final, los únicos que no tendrán lugar para su paseo serán los ciclistas. Y lo más esperpéntico es que lo venden como carril bici pero con una denominación más moderna, más ‘cool’: nueva ruta rural alternativa. Olé las definiciones que se inventan algunos [los que más saben son los políticos] para no llamar las cosas por su nombre. En realidad se trata de un «arreglo de camino ya existente que, como sigamos así, no se va a hacer porque no tenemos un duro».

No puedo dejar de mencionar a la Federació Socialita d’Eivissa. Creo, en mi humilde opinión, que son merecedores del tercer puesto del ranking de sorpresas. En el momento que un grupo/formación política está totalmente dividida con rencores/odios pendientes de solución tienes todas las papeletas para montar este tipo de numeritos.

PD: Estén pendientes del asunto del Cetis, del Consell y de nuestros diputados con los presupuestos que también nos ofrecerán alguna sorpresa.