Arriba, el grupo de niños que participaron en la elaboración de ‘panellets’. g Fotos: SERGIO G.CAÑIZARES / M.G. | (c) Sergio G. Canizares

Cerca de un centenar de personas acudieron ayer hasta las pistas polideportivas de Sant Mateu para participar en una trencada de pinyons organizada por el Institut d’Estudis Eivissencs con motivo del Día de Todos los Santos.

La jornada comenzó a las diez y media de la mañana con una pequeña excursión formada por una veintena de padres e hijos hasta un pino cercano a la Iglesia para encontrar piñones. Allí, la idea era encontrar el mayor número posible de piñas verdes para luego colocarlas en una brasa y poder extraer su fruto. Sin embargo y a pesar de la ilusión que pusieron niños como Mario, Adri, Carolina u Óscar, la búsqueda no fue del todo fructífera y personas como Aina consiguieron un auténtico tesoro al encontrar una decena de piñones.

Afortunadamente todo eso quedo en nada cuando hubo que meter, literalmente, las manos en masa de azúcar, almendra cruda molida, huevo y ralladura de limón de la que posteriormente se obtendrían los panellets. Por el taller de elaboración del este dulce típico de Todos los Santos pasaron una veintena de niños de todas las edades, como Hugo, Víctor, Samuel, Jorge, Enzo o la pequeña Salvia que, con apenas siete meses, no tuvo ningún problema en probar estos dulces ni tampco una granada.

Después, la mayoría de ellos acudieron con la misma sonrisa y las mismas ganas al lugar donde Pep Toni había preparado unas brasas para tostar las piñas verdes y poder sacar luego los piñones. Hubo que aguardar unos veinte minutos, pero finalmente la espera mereció la pena y padres e hijos, ayudados de piedras y pequeños utensilios, pudieron sacar los pequeños piñones apoyados contra la valla de las pistas deportivas.

Mientras tanto, la jornada siguió su curso con el comienzo de una serie de juegos populares en los que no que intervino ningún tipo de elemento tecnológico. Y a pesar de lo que pudiera parecer, las carreras de sacos, el juego del mocador o el pañuelo o una especie de esquí pagès, creado exclusivamente para esta celebración, hicieron las delicias de todos los niños presentes.

Y después de una mañana llena de actividades llegó uno de los momentos más esperados por muchos a la hora del mediodía, el de reponer fuerzas. En ella, todos aquellos que lo habían reservado pudieron degustar una comida popular a base de frita de matances, vi de Sant Mateu, panellets y frutos secos, que hicieron las delicias de todos los presentes, antes de despedir hasta el año que viene el Día de Todos los Santos con unos cuentacuentos infantiles y una xacota pagesa.