Francisco Serrano recabando todos los papeles antes de abandonar lo que ha sido su hogar desde hace quince años. | (c) Sergio G. Canizares

Un anciano de 80 años fue desahuciado ayer por no pagar el alquiler de un piso del edificio Plaza de ses Figueretes. Francisco Serrano Marchena vivía desde hace quince años en lo que en realidad es una local comercial de menos de 25 metros cuadrados y fue desalojado a las doce del mediodía a pesar de que unos amigos suyos intentaron impedirlo con un escrito del abogado de oficio que pedía dos meses de aplazamiento por su situación de «desprotección social».

Finalmente, el desahucio no se pudo detener, y ahora Serrano, tras negarse a recibir ayuda de los servicios sociales, se ha trasladado al edificio ‘okupa’ de Es Viver, una obra paralizada en la que viven once personas.

Serrano explicó que no pagó el alquiler de los últimos once años, desde que murió su mujer que era la titular del arrendamiento, porque así se lo permitió el propietario con la promesa de que le trasladaría a otro piso que posee en el mismo edificio, le cambiaría el contrato a su nombre y entonces le volvería a cobrar la renta. «Pero este señor le ha dado los poderes a sus hijos y ellos me han puesto en el juzgado por falta de pago. Si yo no le he pagado a este señor durante once años, es señal de que me dijo, ‘tú estáte ahí tranquilo pagando la luz y el agua’», afirmó el anciano. Ahora los propietarios le reclaman «25.000 euros» por los años impagados pero él solo puede volver a abonar el alquiler «30.000 pesetas», al que haría frente con su pensión no contributiva de 360 euros al mes.

Uno de tantos

El desahuciado vivía en condiciones de insalubridad y había sido denunciado por la comunidad de propietarios «porque supuestamente agredió al presidente de la comunidad, rompió las cámaras de vigilancia en varias ocasiones y hemos tenido problemas con las cerraduras», aseguró el abogado del dueño del piso, visiblemente molesto por la presencia de los medios de comunicación en el momento del lanzamiento.

Este representante legal, que se negó a dar su nombre y apellido y que solo se identificó como Miguel, quiso dejar claro que este desalojo «es un tema totalmente distinto a una ejecución hipotecaria». «Es un simple desahucio por un inquilino que no paga el alquiler desde hace mucho tiempo», señaló, e indicó que la renta era de 240 euros al mes y que es «completamente falso» que Serrano tuviera un acuerdo verbal con el propietario.

«Si tuvierais que hacer caso a todos los inquilinos que protestan después de un lanzamiento estarías todo el día liados», aseguró a los periodistas, y remarcó que este caso «lleva meses de tramitación» y que el inquilino «ha tenido su abogado que le ha defendido a través del turno de oficio». «Se ha planteado aquí un circo que no tiene nada que ver con la realidad, es un lanzamiento puro y duro de los centenares que se hacen en los juzgados de Eivissa, nada más», insistió.

Por su parte, el inspector jefe de seguridad ciudadana, Joan Marí, explicó que a Serrano se le ha ofrecido ayuda, como puede ser ir a una residencia o al albergue, pero que la ha rechazado.

Los amigos de Serrano, que ocupan el edificio de Es Viver, se enteraron de que iba a ser desahuciado hace solo dos días e intentaron pararlo pero no lo lograron. Así, con la llegada de la comisión judicial y de la Policía Local, se concretó el desalojo que fue tenso pero sin incidentes.

Una de las integrantes del grupo de ‘okupas’, Yolanda Simats, explicó que buscaban el aplazamiento para encontrarle «un lugar mejor acorde a su pensión» para evitar que se traslade a la obra en la que ellos viven. Un espacio que «ya es bastante duro para nosotros con 40 años, cómo será para un anciano de 80 años», lamentó.