La consellera de Participació Ciutadana, Carmen Domínguez. | Irene G.Ruiz

Carmen Domínguez es consellera de Participació Ciutadana y desde que tomó posesión su trabajo ha sido cuestionado por la oposición, que la acusa «no hacer nada». Domínguez, que cobra 56.304 euros y gestiona las subvenciones a casas regionales, asociaciones vecinales y de inmigrantes, ha visto reducido brutalmente su presupuesto en 2013 para ayudas, de 300.000 a 60.000 euros.

—¿Qué tiene que decir a las críticas de PSOE-Pacte, que dicen que cobra la misma cantidad que gestiona?

—Estoy aquí para trabajar y entrar en estas polémicas es estéril. Lógicamente tengo mi sueldo, pero la oposición tambien tiene el suyo, la consellera de PSOE-Pacte Patricia Abascal no es la hermana Teresa de Calcuta, sino que tiene su sueldo. Y es un asunto en el que no entro porque sería cuestionarme las bases de la democracia. Los ciudadanos me han puesto aquí, yo fui de número 2 en la lista del PP. Me parece demagógico lo que dice y creo que ella está desautorizada moralmente para criticarnos en el tema de cargos. Porque ellos cuando gobernaban tenían cuatro consellers no electos, cinco directores insulares y cinco secretarios técnicos. No fue una austeridad total. Nosotros solo tenemos tres secretarios técnicos y tres consellers no electos, lo que es una disminución considerable.

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—Sí, pero los progresistas la acusan de no hacer nada.

—Participació Ciutadana es muy importante para el PP. Estoy muy orgullosa y creo que es la conselleria más rica del Consell porque tiene la riqueza más importante, que es la riqueza humana, el trato con las personas. Yo no gestiono billetes de euros, sino que mi gestión es con las personas. Por otra parte dicen que el presupuesto que tengo no sirve para nada. Hablan como si fuera calderilla cuando son miles de euros. Vivimos unos tiempos malísimos y las prioridades son para Servicios Sociales, a donde ha ido todo el esfuerzo y yo soy solidaria como la que más. Haremos un buen uso del presupuesto que me ha quedado y miraremos de estirarlo. Si yo me quisiera gastar 130.000 euros en un Pla de Govern lo agotaría todo, pero no es el caso. Mi trabajo lo juzgarán las asociaciones. El dinero que se les puede ofrecer para hacer cosas no es mucho, pero lo más importante es el trato, si se sienten bien atendidos. La consigna es siempre la misma: cosas imaginativas con poco dinero. Yo recibo gente de competencia de otros departamentos, ellos saben que hay una puerta abierta, nosotros servimos de conexión y luego el objetivo es sacar el Consell a la calle. Yo cojo mi vehículo y me voy a la asociación que toca.