Cristina Molina, en el centro, junto a su marido Javier Huerta, y su compañera Lina Suñer brindan en la puerta de la administración. | L.Aversa

Tan repartido fue el Gordo de Navidad que por primera vez en la historia cayó en Eivissa. «Es solo un décimo, pero por algo se empieza», bromeaba ayer la lotera Cristina Molina Cardona, radiante de felicidad con una inmensa sonrisa.

Cristina regenta junto a su compañera Lina Suñer la administración de Loterías número dos de Eivissa, ubicada en la calle Bisbe Torres, del barrio de la Marina. Ayer dio un primer premio de 400.000 euros por un décimo del agraciado número 76.058, y lo celebró por todo lo alto. El ganador no se presentó, y su identidad «es muy difícil» de saber, según Cristina, porque es un número vendido por terminal (a través de un máquina) y es uno de los tantos décimos electrónicos premiados que permitieron que el Gordo estuviera muy repartido por todo el país. «Puede ser cualquier persona que haya venido a pedir o este número o una terminación como ésta, o que automáticamente se lo ha dado», añadió la lotera. «Ayer cuando acabamos el papel se vendió mucho por terminal. Se pudo haber vendido ayer mismo», añadió.

Esta administración ya entregó un premio importante hace dos años, del que no «se oyó nada» pero que repartió nada menos que quince millones de euros. «Dimos un primer premio con un número abonado de un sorteo extraordinario el 5 de junio de 2010», recordó la lotera.

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