Imagen de ayer por la tarde de la plaza Pintor Vicent Calbet, detrás de Santa Creu, donde los árboles restan iluminación a la calle.

«Hay muy poca luz. Cuando salgo de trabajar a las nueve menos cuarto y voy hacia mi casa, que vivo en la calle Aragón, no se ve nada», explica Rosa Marchuet, una vecina y dependienta que trabaja cerca de la calle Bisbe Huix. Es, precisamente, una de estas calles la que menos iluminada está para vecinos y comerciantes, junto con Aragón, Castella, Bisbe Carrasco, Catalunya y Abad i la Sierra.

«La iluminación de estas calles siempre ha sido una de nuestras principales quejas. Cambiaron las farolas por éstas antes de que se acabara la anterior legislatura; cuando estaban en campaña le transmitimos al actual equipo de Gobierno de Vila que había poca luz y nos dijeron que lo estudiarían, pero vamos aún no han hecho nada, ni siquiera han venido a comprobarlo», explica Encarna Planells, presidenta de la asociación de comerciantes Eivissa Centre, quien afirma, además, que las diferencias son «muy notables» entre calles.

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