El Consell de Formentera aprobó en el pleno del mes de febrero una modificación de la ordenanza fiscal reguladora del impuesto municipal sobre el incremento de valor de los terrenos urbanos, lo que se traduce en la aplicación de una serie de rebajas en el impuesto de plusvalías.

Después de la última revisión catastral realizada en 2012 sobre el IBI, «Formentera quiere revisar la base imponible al impuesto de plusvalía, rebajando en torno al 40% el valor catastral para el cálculo de la base imponible durante los dos primeros años, para que el nuevo valor catastral para el cálculo de este impuesto sea progresivo», indicaron desde la máxima institución insular.

Una de las modificaciones que se llevará a cabo será aplicar una rebaja general «sobre la base imponible del impuesto y, por otro lado, aplicar un 95% de bonificación a las transmisiones por herencia mortis causa», con el fin de que estas transmisiones dejen prácticamente de tributar ya que «no las consideramos como un acto lucrativo». Por otro lado, también está previsto afectar los tramos impositivos, incrementando la presión fiscal cuando los movimientos sean «especulativos». Es decir, el Consell rebajará la presión fiscal de aquellos propietarios que tengan la propiedad desde hace más de 20 años.