El Consell de Govern aprobó ayer el decreto que establece el trilingüismo en los colegios de Balears. Una vez esté en vigor, cualquier asignatura podrá impartirse, a criterio del centro y cumpliendo unos porcentajes, en catalán, castellano y un idioma extranjero. El Ejecutivo aboga por el inglés pero entiende que en determinados centros puede ser otro. Además, cada una de las tres lenguas deberán ser impartidas como una materia.

Aunque el decreto tiene el aval de Consell Consultiu y el PP, que gobierna en Balears, resalta que da cumplimiento a su programa electoral, lo cierto es que la aprobación de la norma viene acompañada de una catarata de críticas, tanto de la comunidad educativa como del resto de partidos políticos que no son el PP.

Perfeccionando el idioma

Las críticas se fundamentan, básicamente, en dos motivos: que rompe el marco establecido en la Ley de Normalización Lingüística, rebajando el uso del catalán y que su aplicación, más allá de las declaraciones de principios, será imposible, sobre todo en época de crisis económica y de ajustes que afectan a la educación.

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El portavoz del Ejecutivo y conseller d’Educació Rafael Bosh, explicó ayer que habrá que contratar un centenar de profesores más para la primera fase del proyecto. Se trata de profesores que tengan acreditado el nivel de inglés necesario para dar alguna clase en ese idioma. En estos momentos, y según el conseller, 1.315 docentes realizan cursos de adaptación en ese sentido.

El decreto, llamado oficialmente ‘Decreto por el que se regula el uso integral de lenguas en centros docentes no universitarios’, y que se publicará hoy sábado en el BOIB, se irá aplicando progresivamente hasta que afecte a todo el ciclo docente anterior al universitario. El objetivo, según el conseller, es que el alumnado domine tres lenguas cuando deje el instituto.

Según el decreto, los centros tendrán que aprobar proyecto de tratamiento integrado de lenguas» antes del 20 de junio.
Su aplicación comenzará en el curso 2013-2014. Concretamente, se implantará, como mínimo, en el primer curso del segundo ciclo (tres años) en primero, tercero y quinto de primaria. «En bachillerato y formación profesional se hará una implantación progresiva en función de los recursos de los centros», según el Ejecutivo.

El decreto supone el final de la llamada inmersión lingüística, no recogida explícitamente pero factible hasta ahora y que dejaba la puerta abierta a utilizar una sola lengua en los colegios.