El fiscal Horrach tras el registro del chalé de Kurt Viaene junto al letrado de éste, Gaspar Oliver. | Antoni Pol

El fiscal Horrach ajusta cuentas con las críticas que recibió del PP. En el informe de conclusiones del juicio del ‘caso Scala’, el ministerio público recordó las presiones y ataques que sufrieron los investigadores por parte de los correligionarios del principal acusado, Josep Juan Cardona: «A la vez que atacaban a la señora Ordinas también atacaban a la Fiscalía Anticorrupción. La consigna era: quieren acabar con el PP. Se le llama teoría de la conspiración y se repite hasta la saciedad hasta que cala en parte de la opinión pública». Horrach recordó en su intervención un episodio concreto. El diputado y portavoz del PP en Balears, Miquel Ramis, acudió a ver a Kurt Viaene a un registro en Alcúdia: «entró como una exhalación en la zona ajardinada y se fundió en un abrazo con Viaene. Ramis intentó hacer valer su condición de exdelegado del Gobierno para mantenerse allí», señaló. En ese momento el acusado estaba ya en prisión provisional. También reflexionó «para llevar a buen puerto una investigación contra la corrupción se necesita paso corto, vista larga y mucha mala uva».

El informe del ministerio público sobre el exconseller Cardona se basó en las declaraciones de los coimputados: «La actitud de Ordinas, cómo aceptó su muerte social y su entereza fue y es digna de admirar». Tras enumerar 31 indicios de su culpabilidad, Horrach concluyó: «Sólo hay tres posibilidades, o Cardona era un absoluto incompetente, o era el líder de la trama o queda una tercera posibilidad, la ignorancia deliberada, meterse debajo de una mesa y eso también es delito». Su compañero Juan Carrau se encargó de apuntalar el delito de asociación ilícita para el que esgrimió la condena del ‘caso Filesa’.

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