Imagen de una largartija pitiusa. | Redacción Local

La lagartija pitiusa o Podarcis pityusensis de momento no corre peligro ante la presencia cada vez mayor de la serpiente de herradura en nuestras islas.

Esto es al menos lo que se desprende de los estudios que están llevando a cabo el Servicio de Protección de Especies del Govern Balear. Uno de los últimos que se ha puesto en marcha consiste en el análisis del interior de los estómagos de las serpientes que se capturan, tanto si están vivas como muertas. Según su responsable, Joan Antoni Oliver, esto es posible gracias a que «son animales de sangre fría, que tienen la digestión muy lenta y que necesitan comer menos cantidad que el resto para sobrevivir».

Así, se ha descubierto que su dieta se basa fundamentalmente en huesos de roedores y no de lagartijas ibicencas. «Nuestras investigaciones nos han permitido descubrir que los estómagos tenían una gran cantidad de colas de lagartija pero no restos del animal entero, lo que nos ha tranquilizado en torno a una posible predación», explica Oliver.

Por ello, desde el Servicio de Protección de Especies son moderadamente optimistas al respecto. «Nunca podemos estar del todo tranquilos y siempre hay que ser lo más prudente posible, pero a día de hoy si que podemos decir que la serpiente de herradura no está acabando con la lagartija pitiusa», explica Joan Oliver.

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