Ramón Tur, en la playa junto a uno de sus atriles repleto de los ceniceros de lata.

Desde este verano las playas de Formentera, Talamanca y Ses Salines cuentan con unos atriles con unos peculiares ceniceros para que los fumadores no tiren las colillas en la arena. La idea es muy sencilla y muy útil ya que, según explica su creador, el ibicenco Ramón Tur, «son latas de cerveza o refresco a las que se ha eliminado su parte superior para crear un espacio vacío en el que se pueden depositar los cigarros».

Estos ceniceros se pueden coger de forma gratuita en unos atriles que se encuentran en la entrada de cada playa. En total caben 27 en cada uno, y uno de los secretos de su éxito es que constantemente se están generando nuevos de forma practicamente gratuita. «Las latas son algo que cogemos constantemente en nuestras playas y como la gente cuando termina la vuelve a dejar en su hueco, conseguimos una gran eficacia y una gran rotación entre los usuarios», asegura Tur.

Además, según su creador, otro de los beneficios que tiene esta idea es que se consigue reutilizar un elemento en sí destinado al reciclaje. «Las latas, en el mejor de los casos se destinan al reciclaje, pero gracias a esta iniciativa se les alarga la vida y se ayuda también al medio ambiente».

La idea de poner en marcha esta idea surgió, según Ramón Tur, de una situación «que hemos vivido muchos de nosotros al encontrarnos una playa llena de colillas enterradas en la arena». Tras una fiesta infantil y después de recoger restos de cigarros en compañía de su pareja y su hija pequeña, se dio cuenta que tenía que «encontrar el modo de que los fumadores no mancharan la playa».