El profesor de Religión y diácono laico, Guillem Ferrer. | SERGE CASES

En un momento de tensión en la comunidad educativa por la controversia que ha generado la aplicación del modelo trilingüe catalán-castellano-inglés, y a pocos días del inicio del próximo curso escolar, la delegación territorial de la Conselleria de Educació en Menorca se encuentra en situación de ‘sede vacante’.

El profesor de Religión y diácono laico Guillem Ferrer Monjo (Ciutadella, 1970) ha renunciado a tomar posesión, 48 horas después de haber sido nombrado, por las críticas y el malestar que ha provocado su designación en varios sectores de la diócesis menorquina.

Durante la jornada del viernes y el sábado, varios presbíteros, seglares y personas significadas de la Iglesia local expresaron tanto al obispo Salvador Giménez como también a Guillem Ferrer su sorpresa por haber aceptado desempeñar el cargo de delegado de Educació, al considerar que no era oportuno ni adecuado.

La salida pactada del hasta ahora delegado, Julián Hernández, se precipitó el jueves cuando anunció su marcha en desacuerdo con los expedientes de suspensión de empleo y sueldo incoados por la Conselleria a los directores de tres institutos de Secundaria de Maó tras haberse negado a aplicar el TIL (Tratamiento Integral de Lenguas, decreto que regula el programa del trilingüismo).