Imagen de archivo de la central eléctrica de Ca Marí, a la que se le incorporarán tres nuevas turbinas. | Guillermo Romaní

La Direcció General d’Indústria i Energia del Govern balear ha autorizado la modificación de la central de es Ca Marí de Formentera, por lo que ya no serán necesarios los grupos electrógeno utilizados cada verano y que tantas molestias provocan a los vecinos de la zona. De hecho, la contaminación por ruidos, olores y vibraciones de esta obsoleta planta, cuya construcción data de los años 60, se dirime en los tribunales tras una denuncia interpuesta por los vecinos de la zona. Cabe recordar que en septiembre de 2011, el director general de Indústria i Energia, Jaime Ochagavía, avanzó que el problema de esta planta estaba en vías de solución; y, ahora, casi dos años más tarde, ha pasado el primer escollo.

Ayer, en un comunicado, esta dirección general del Govern informó de que este cambio «garantiza el suministro eléctrico de la Pitiusa menor en caso de fallo de las interconexiones con Eivissa, de aumento de la demanda o en los momentos de consumo punta».

El proyecto de renovación ha sido aprobado por Indústria i Energia tras el informe favorable de la Comisión balear de medio ambiente.

El director general, Jaume Ochogavía, destacó ayer «que la instalación autorizada dará seguridad y garantía de suministro en la isla de Formentera» y añadió que «las tecnologías que se utilizan bajarán el impacto sobre los habitantes cercanos a la central, que es uno de los objetivos principales de la tramitación de este proyecto».