Turistas y residentes sorprendidos por la lluvia tuvieron que transitar con el agua por encima de los tobillos. | NATALIA NAVARRO

La mayor parte de la ciudad de Eivissa se convirtió ayer en una piscina de agua sucia en la que los pies de turistas y residentes tuvieron que luchar contra restos de excrementos, ratas y cucarachas nadando y todo tipo de porquería que salió a flote a raíz de un chaparrón que duró alrededor de una hora y que dejó entre 14 y 20 litros por metro cuadrado sólo en la ciudad de Eivissa (no llovió en ningún otro municipio), según informaron desde la delegación balear de la Aemet. Una hora en la que Eivissa sacó a relucir, de nuevo, la peor cara de la ciudad, lo que provocó una oleada de indignación entre comerciantes y residentes. Los turistas, por contra, se tomaban con más humor el repentino chaparrón e incluso hubo quienes se atrevieron a ir descalzos por la calle.

Entre las calles más afectadas, Ignasi Wallis, Isidor Macabich, Avenida Espanya, Calle Madrid y, por supuesto y una vez más, todo el barrio de es Pratet, que se inundó y llenó de suciedad las calles y los comercios.

«Ha llovido mucho y en poco tiempo, pero no creo que esto sea normal», explicaba Maijo, refiriéndose a los excrementos visibles y pisados que había frente a su tienda, una de las más exclusivas de Ignasi Wallis. Unos metros más adelante, el rastro de suciedad y charcos continuaba hasta el semáforo del cruce de Isidor Macabich con Ignasi Wallis. La perfumería de la esquina sufrió ayer la segunda inundación desde que abrió el año pasado: «Han reventado dos alcantarillas y otra en la acera de enfrente. No entiendo cómo se sigue repitiendo esto. Nos ha entrado el agua sucia y los excrementos a la tienda», afirmaba Ioana, dependienta de esta perfumería.