Miles de profesores han protestado frente al Consolat de Mar. | Joan Torres / Jaume Morey

«Si la Conselleria d’Educació no nos convoca mañana mismo para hablar, entenderemos que ha pasado de una actitud impositiva a otra de absoluta agresividad hacia el sector docente», aseveró ayer el responsable de la Federación de Educación de CCOO, Toni Baos, durante la concentración que ayer, a mediodía, congregó a unas cinco mil personas, según datos de la Policía Nacional y de los sindicatos, frente al Consolat de Mar para mostrar su apoyo a la huelga en la educación.

Los sindicatos y la Assemblea de Docents se sentían ayer muy fuertes ante el éxito de la jornada de paro y de la concentración. Tanto, que el secretario general del STEI-i no dudó en asegurar que «hemos dado una lección de dignidad democrática, una lección de responsabilidad».

«Hoy ha empezado un movimiento que va más allá de los docentes –enfatizó Caldentey–, que el Govern tome buena nota». Y añadió que «la consellera ha demostrado su incapacidad para negociar, aunque sabemos que el presidente no le ha dado ningún margen de negociación». Caldentey se acordó entonces del exconseller Rafael Bosch, de quien dijo que «al menos daba alguna opción al diálogo, pero ahora han optado por el no diálogo. Por tanto es un problema de cambio radical en la forma de gobernar».

Maria Antònia Font, también del STEI-i, declaró ante el ‘tsunami verde’ que «esta huelga es un éxito rotundo, no tiene precedentes» y reconoció que «este éxito es el resultado de la suma de todas las fuerzas».

«Hemos puesto verde al Govern», añadió Baos, en alusión a las miles de camisetas verdes de la Plataforma Crida que portaban los manifestantes y que se ha convertido en símbolo también de la oposición al Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL).

La indignación de los concentrados se palpaba y los gritos de ‘Bauzá, dimisión’ o ‘Bauzá, el pueblo no perdona’ fueron continuos entre los congregados, entre los que figuraban además de docentes llegados de toda la Isla, estudiantes y numerosos padres que acudieron acompañados con sus hijos de todas las edades.

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Muchos de los asistentes portaban pancartas identificativas de sus centros y otras referidas a la movilización (’Docentes en lucha. Basta de recortes. No al TIL’) y alusivas a las políticas educativas del Govern (’Inglés, Yes. TIL Inútil’).

Los sindicatos insistieron ante los concentrados que no se trata de una huelga para quedarse en casa. «Debemos estar bien visibles en las calles, porque nosotros sí que estamos preocupados por la educación», indicó Caldentey.

En este sentido, el secretario general del STEI-i prometió a los manifestantes que someterá a consideración de las asambleas de huelguistas cualquier propuesta que haga la Conselleria en un hipotético diálogo que «por responsabilidad» debía iniciarse a iniciativa del Govern.

Por su parte, uno de los portavoces de la Assemblea de Docents, Iñaki Aicart, manifestó su satisfacción por el apoyo logrado en la convocatoria de huelga indefinida y animó igualmente o a los congregados a que salgan cada día a la calle para mostrar su rechazo a las propuestas educativas la consellera d´Educació, Joana Maria Camps, cuya dimisión, junto a la de Bauzá, se reclamó en numerosas ocasiones. «Pedimos la dimisión de la consellera porque nos está engañando constantemente, porque sólo sabe decir mentiras», declaró Aicart ante los asistentes.

No fueron recibidos
«Trabajadores docentes, sindicatos, familias, alumnado, inspectores, directores apoyan la huelga. Hemos logrado aglutinar el movimiento de profesorado en las cuatro islas», añadió.

Poco antes de disolverse la concentración –que transcurrió de forma pacífica y sin incidentes– los representantes sindicales solicitaron permiso para entrar en la sede del Govern y solicitar ser recibidos por el presidente. Finalmente, un agente de la Policía Nacional les comunicó que su petición había sido denegada y que se les instaba a pasar por el Registro para cualquier demanda.

Los sindicatos invitaron entonces a los presentes a presentar de de forma individual sus reclamaciones de ser escuchados, algo que hicieron algunos docentes, que allí mismo escribieron sus notas para ser registradas.