El delegado territorial del Govern en Formentera, José Manuel Alcaraz, en una imagen de archivo. | G.R.

El delegado del Govern en Formentera, José Manuel Alcaraz, es también desde ayer el nuevo responsable de la Delegació d’Educació i Cultura de la pitiusa menor, un cargo que hasta ahora venía ejerciendo la representante del ámbito educativo de Eivissa, Belén Torres, para ambas Islas.

En concreto, el Consell de Govern, a propuesta de la Conselleria d’Educació, aprobó el viernes dejar sin efecto el acuerdo de 2011 por el que había atribuido de forma provisional la representación de Formentera a la delegación de Eivissa para destinarla al delegado del Govern en Formentera, que mañana estrenará su nuevo cargo en la mesa de negociación de la huelga que tendrá lugar en Palma. Según explicó Alcaraz, «de facto» ya cumplía esta función de delegado. «Lo que pasa es que había una discusión jurídica sobre si se tenía que hacer con un decreto especial o no», detalló.

La huelga en Formentera tiene el mayor seguimiento de Balears con un 83% de docentes que se suman al paro, y para Alcaraz «los principales perjudicados son los niños». «El viernes, por ejemplo, entraron a la delegación una veintena de solicitudes de padres exigiendo la educación de sus hijos porque los que van a la escuela no reciben clases. He trasladado esta exigencia a la Conselleria y a inspección educativa para que hagan todo lo posible, porque los maestros que están de servicios mínimos tienen que dar clase, no puede ser que los niños estén en el patio o viendo películas, o haciendo nada», afirmó.

Sobre «el tema de fondo», señaló que desde el primer momento pidió a la Conselleria «más diálogo porque el diálogo ya existía». «Se ha convocado a la mesa sectorial, se ha convocado al comité de huelga, se ha cedido en el tema de primero de ESO, se ha cedido con los profesores de Menorca, y se están negociando los otros puntos que había. La voluntad de la Conselleria es inequívoca, por eso no se entiende para nada la huelga indefinida», indicó el delegado, para quien «ahora lo que toca es que sean los sindicatos los que cedan».

El delegado defendió que «el Govern tiene un mandato de las urnas, con un programa que pedía el trilingüismo, que se tiene que aplicar porque lo pide la sociedad». Aún así, destacó que «seguro que la Conselleria seguirá hablando con los sindicatos sobre la progresividad de esta implantación y de otros temas que puedan afectar al sector educativo». «Pero no va a retirar el trilingüismo porque sería un paso atrás en una sociedad turística y moderna como es la nuestra. Y ya llegamos diez años tarde a la aplicación del trilingüismo», añadió.

En este sentido, Alcaraz insistió en que «como todas las nuevas leyes y los sistemas de educación que se implantan, al principio siempre hay defectos que se tienen que solucionar». «En Formentera hay un caso puntual que se tiene que solventar, pero el resto de profesores están preparados para dar las clases en inglés. La mayoría de los centros han elegido gimnasia para dar inglés y no tiene por qué haber ningún problema», remarcó.

El delegado aseguró que su comunicación con la comunidad educativa de Formentera «es perfecta».