La reunión de la Mesa de Turismo de Sant Josep tuvo lugar en la sala de plenos de la institución.

El Ayuntamiento de Sant Josep, la administración del municipio con más quejas por ruidos en verano, no llevará a cabo ningún tipo de control ni inspección para constatar que los empresarios del sector de la hostelería y el ocio cumplen con la nueva ordenanza de ruidos, que entró en vigor en octubre, y que les obliga a instalar limitadores acústicos de cara a la temporada que viene.

Según el concejal de Turismo, Vicent Torres, solo se actuará en caso de denuncia. «No habrá una inspección de todos los locales. Los empresarios están obligados a hacerlo y si no cumplen y hay alguna denuncia, entonces se actuará. Pero la administración no irá de oficio a todos los locales», aseguró el edil, para quien «normalmente los comercios y las empresas saben cual es la legislación que les toca y son responsables de cumplirla».

La problemática del ruido pasó de puntillas ayer por la Mesa de Turismo, precisamente porque la nueva normativa «entró en vigor a final de temporada», aseguró la alcaldesa Neus Marí Berris. Aún así, la primera edil destacó que este verano «se hicieron inspecciones y se han abierto expedientes en base a las normativas estatal y balear», y anunció que se organizarán reuniones con los empresarios para informarles sobre la aplicación de la nueva ordenanza contra la contaminación acústica.

La Mesa de Turismo congregó ayer a concejales de la oposición y el equipo de gobierno en Sant Josep, a la consellera de Turisme, Carmen Ferrer, y a representantes de diferentes sectores empresariales como concesionarios de playas, comerciantes y taxistas. También estuvieron presentes la Estación Náutica de Sant Josep y Sant Antoni, la Pimeef, la Federación Hotelera, la asociación de hoteleros de la Bahía y representantes del aeropuerto de Eivissa.