Fotografía de archivo de la infanta Cristina y su esposo, Iñaki Urdangarín, tomada el 25 del Noviembre de 2012. | Efe

La infanta Cristina y su esposo Iñaki Urdangarin defraudaron a Hacienda a través de la sociedad Aizoon, pero no en la cantidad suficiente para que sea considerado delito, según señala la Agencia Tributaria en el último informe entregado al juez instructor del ‘caso Nóos’, José Castro.

En los ejercicios de 2007 hasta el 2010, Aizoon, sociedad ‘satélite’ del Instituto Nóos, defraudó un total de 281.109 euros en el Impuesto de Sociedades, sin alcanzar los 120.000 euros anuales necesarios para que sea considerado un delito.

El juez había requerido a Hacienda para que aportara el cálculo de las cuotas dejadas de ingresar por Aizoon SL «como sociedad formalmente autonoma», en especial, la cuota «resultante y defraudada» del Impuesto de Sociedades en los ejercicios ya mencionados.

Trabajos ficticios

Los peritos establecen que Aizoon facturó 1,7 millones de euros entre 2007 y 2010, de los cuáles, 1,6 millones fueron ingresos aportados por Urdangarin a través de diversas empresas privadas, por trabajos ficticios, ya que no se han podido comprobar, según Hacienda.

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Sobre esa cuestión, el informe señala: «Cabe referir que ni en el sumario (del ‘caso Nóos’) ni en el expediente administrativo de inspección figuran testimonios de ningún documento, producto o resultado de las actividades de asesoramiento o consultoría pretendidamente desarrollados por Aizoon SL en beneficio de sus clientes y por lo que (Urdangarin) facturó las referidas cifras de ingresos. En definitiva, el análisis del material probatorio reunido pone de manifiesto que los contratos con los citados clientes (Mixta África, Motorpress Ibérica, Pernod Ricard, Altadis, Aceros Bergara, entre otros) se celebraron en especial y exclusiva consideración de la persona del señor Urdangarin Liebaert y sus circunstancias personales y familiares». La Agencia Tributaria abunda en el papel desempeñado por el yerno del Rey en los ingresos de Aizoon y señala que «la propia naturaleza de Aizoon no requería incurrir en gasto alguno, ni afectar bienes, ni organizar recursos materiales o humanos para segurar la generación de ingresos».

«Éstos (los ingresos) se hallaban, antes al contrario, íntima e indisolublemente vinculados con la personalidad del señor Urdangarin Liebaert».

El informe recalca que Aizoon carece de la organización mínima de medios de producción, tanto materiales como humanos, necesarios para el normal desarrollo de esta labor de asesoramiento. Subraya que el único trabajador «no ficticio» con que contaba la empresa era Mario Sorribas, que estuvo en nómina entre 2009 y 2010 y en realidad «prestaba servicios para el señor Urdangarin en cualquiera de sus facetas». Añade que, aun sin ser el ámbito material del informe solicitado por el juez, «no deja de llamar la atención que Aizoon arrendara a Nóos Consultoría los dos pisos como despachos –estos es, con IVA– y en cambio los subarrendara como viviendas, operación exenta de IVA».

La Agencia Tributaria, asimismo, entregó al juez una relación de las declaraciones del impuesto de sociedades de 2003 a 2012 y un resumen de los incrementos patrimoniales de Diego Torres, Urdangarin y las entidades que controlaban.

Hacienda incluye en el informe varias declaraciones de imputados y testigos que corroboran sus conclusiones.