El concejal de Interior de Sant Josep, Serafín Grivé, aseguró ayer que puede «demostrar» que el Ayuntamiento ha actuado para combatir el ruido y señaló que ha realizado sonometrías «en las propias casas» de algunos de los vecinos que el viernes denunciaron públicamente estar afectados por la contaminación acústica de este municipio.

«Hemos actuado cada vez que nos lo han solicitado, no sé a qué viene todo esto ahora», afirmó el edil, en respuesta al recurso contencioso presentado contra Sant Josep por cinco vecinos de la Isla, en representación de muchos más, en el marco de la campaña contra la contaminación acústica que promueve el movimiento ciudadano Epic. El recurso acusa al Consistorio de «permisividad» y de no atender a las denuncias que recibe, que este verano sumaron 24 escritos. Pero sobre todo, es el resultado de las 58 mediciones sonométricas realizadas a 25 establecimientos de Vila, Sant Antoni y Sant Josep, que dieron positivo por superar los niveles permitidos de ruido.

Grivé aseguró que aún no tiene constancia oficial del recurso (presentado el pasado jueves en el Juzgado de lo Contencioso de Palma) y que conoce su contenido por la prensa. Aún así, insistió en que este verano «se han hecho infinidad de sonometrías» y destacó que se han clausurado dos bares de Platja d’en Bossa que tuvieron que instalar el limitador de sonido como condición para volver a abrir. «Nunca se habían hecho tantas sonometrías como este año», remarcó el concejal, y aseguró que se abrieron expedientes cada vez que la sonometría daba positiva.