Santa Eulària tiene desde agosto sobre la mesa un informe demoledor realizado por la empresa pública Emser XXI sobre la contrata de agua que gestiona Aqualia. El escrito denuncia una serie de supuestos incumplimientos, sobrecostes y gastos «de posible improcedencia» por parte de la concesionaria, y hasta una operación de compraventa de un pozo de agua (Aguas de Formentera) por 2,5 millones, que sin contrato y sin facturas suma hasta el momento pagos por más de 836.000 euros realizados por el Consistorio a Aqualia, que es la propietaria del pozo.

El escrito está elaborado por Emser XXI, que desde 2006 tiene delegado el contrato de concesión municipal con Aqualia. El informe está aprobado por unanimidad por la junta de gobierno local, cuyos acuerdos establecen elevar a pleno una «propuesta de finalización» de la situación actual (contrato), y «la adopción de los acuerdos oportunos para la actualización del servicio y su modelo de gestión». El acuerdo de la junta también incluye solicitar a Aqualia que presente las facturas por 836.576 euros que se está «cobrando a cuenta» por la compra del pozo, y establece la firma el contrato. Hasta el momento, según denuncia el grupo de la oposición PSOE-Pacte, nada de esto ha sucedido.

En su informe, la empresa pública señala que los criterios del servicio se basan en un pliego de condiciones que «con más de 30 años está desactualizado y alejado de la normativa actual». Esto ocurre porque la contrata data de 1980, por un período de quince años prorrogables «salvo denuncia expresa de una de las partes antes de su vencimiento».