La desaladora de Santa Eulària, cuyas obras, como se aprecia en el cartel, se iniciaron en junio de 2006, se alargaron durante seis años y todavía no ha entrado en funcionamiento. | Marco Torres

La crisis acechó en Eivissa justo en la época en la que varias de las infraestructuras hidráulicas de la Isla se habían finalizado. Eso, los cambios de gobierno y el escaso peso de los políticos de las Pitiüses en Madrid hacen que actualmente en Eivissa existan infraestructuras hidráulicas por más de 52 millones de euros que no han sido jamás utilizadas y que mejorarían de forma sustancial el suministro y la depuración del agua de todos los municipios de la isla.

Por orden cronológico hay que remontarse hasta el año 2009, cuando se anunciaba la finalización de la depuradora de Cala Tarida, que costó alrededor de 4,7 millones de euros, pero lo cierto es que a día de hoy aún no está claro qué día se pondrá en funcionamiento. Recientemente, el director general de Recursos Hídrics, Salvador Padrosa, aseguraba que en los presupuestos de la Agència Balear de l’Aigua (Abaqua) para este año se incluían una partida para finalizar la estación depuradora y construir un emisario para verter el agua depurada al mar. Además, desde el Govern también resaltaron que aún falta terminar el edificio y completarlo con la maquinaria necesaria. Estas nuevas actuaciones que aún hay que realizar para que, de una vez por todas, se ponga en marcha la infraestructura cuentan con una partida de 3,9 millones de euros a repartir en la las obras de la depuradora (2,2 millones de euros) y otros 1,7 para la construcción del emisario.

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