Juanjo Cardona, Vicent Serra, Pepa Costa y Jaume Estarellas, ayer durante la rueda de prensa.

El Consell d’Eivissa criticó ayer que el estudio de impacto ambiental que se ha presentado para la campaña de Cairn Energy, en el Golfo de Valencia, se realiza de forma «fragmentada». Por ello, en el documento de alegaciones, que consta de 64 páginas, la institución exige que se realice una evaluación ambiental «estratégica» que incluya «el ámbito de la demarcación marina levantino balear, lo que permitirá analizar todas las potenciales afecciones». Esto supone que no se haga una fragmentación de los impactos, sino que se estudien todos los proyectos a la vez ya que de lo contrario «se realiza una incorrecta evaluación de los mismos y concretamente de los impactos acumulativos potenciales», indican en el escrito.

El hecho de elaborar estudios de impacto ambiental por separado provoca una «gran infravaloración de impactos sobre variables ambientales, sociales y económicas e incluso que no se detecten impactos sobre otras de esta variables».

Por otro lado, en el escrito se critica el «conjunto de omisiones, inconcreciones e inexactitudes tanto en la descripción de los espacios protegidos como de las variables ambientales, sociales y de pesca de las Pitiüses». Asimismo, el Consell considera «ineficaces» las medidas preventivas para evitar afecciones significativas sobre las especies protegidas e «insuficiente» la distancia de seguridad establecida para proteger la fauna marina.

Entre las críticas del Consell hacia el proyecto de Cairn Energy figura también que no se tiene en cuenta ninguna de las figuras de protección como las ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves), lo que supone «una incorrección grave» en el proceso de evaluación de impactos. Asimismo, apuntan que «los ignorados impactos acumulativos por el estudio de impacto ambiental comportarán un alto grado de contaminación marina y consecuentes efectos directos bioacumulativos, que supondrán un alto riesgo para las variables ambientales y pesqueras». En cuanto al modelo económico, la institución resalta que la ejecución del proyecto supondrá «graves efectos» por ser incompatible con la industria turística.

Por todo ello, desde el Consell alegan que el estudio de impacto ambiental y el estudio de repercusiones ambientales evidencian «un conjunto de irregularidades y vulneraciones normativas que deben determinar su declaración de impacto ambiental negativa».