Representantes del Ayuntamiento y de la asociación de vecinos se reunieron ayer en las oficinas de Sant Jordi.

La Asociación de Vecinos de Sant Jordi se reunió ayer con la alcaldesa de Sant Josep, Neus Marí, Berris, y el concejal de Medio Ambiente, Juan Ribas, para tratar la problemática del agua de esta localidad, que según los informes tanto de Aqualia como de la Conselleria de Salut i Consum «no es apta para el consumo humano».

La alcaldesa anunció a los vecinos que la conexión de las zonas de Sant Jordi y sa Carroca a la desaladora de Vila se realizará este mismo año, un compromiso que, según afirmó, tiene tanto del Ministerio de Medio Ambiente como de la Conselleria balear de Medi Ambient. La obra aún tiene que salir a concurso público y adjudicarse, pero, según insistió Marí a los representantes vecinales, se llevará a cabo dentro de 2014. En este sentido, según aclararon los vecinos, la conexión de Sant Jordi no depende de la red que debe incluir también a la desaladora de Santa Eulària, cuya puesta en marcha lleva años de retraso y aún no tiene ninguna fecha prevista.

Por otra parte, los vecinos reclamaron a los representantes municipales que se revisen las tarifas del servicio, ya que en sus casas reciben agua que no es apta para el consumo y que durante muchos años han pagado como si fuera potable. La agrupación recordó que durante las obras del depósito de ses Eres, Aqualia les cobró un precio reducido por recibir agua salada, y reclamó que se mantenga esta tarifa más barata. En respuesta, el Consistorio se comprometió a revisar con la concesionaria los precios que se están aplicando.

Cabe recordar que los vecinos recibieron esta semana un informe de la Conselleria de Salut i Consum, realizado en diciembre tras la denuncia efectuada por la agrupación, que ratifica que el agua de Sant Jordi y sa Carroca «sigue siendo no apta para el consumo humano y no puede utilizarse para beber ni preparar alimentos».