Eivissa ha recuperado los andenes del puerto viejo al trasladarse el tráfico marítimo regular a los muelles de es Botafoc. | AMANDA AGUADO

«El proyecto ha tirado adelante». Así de rotundo fue ayer el portavoz de Autoritat Portuària de Balears (APB) sobre la reforma de la fachada marítima de Vila, que ha salido a licitación sin incluir las últimas peticiones del Ayuntamiento de Eivissa para que se contemplen aparcamientos para vecinos y comerciantes, y sin tener en cuenta las objeciones que hizo la comisión técnica de patrimonio de Vila (Pepri). Mucho menos, incluye el insistente reclamo de los grupos de la oposición para que no se construya un edificio en es Martell.

Desde Autoritat Portuària explicaron que el ‘Proyecto de acondicionamiento y mejora de los muelles sur del puerto de Eivissa’ se envió al Diario Oficial de la Unión Europea (Doue) el pasado 30 de abril y salió a publicado el 3 de mayo marcando el inicio del concurso público. La propuesta sale a licitación por 8.279.052 euros y el plazo para presentar ofertas termina el 23 de junio. El objetivo de APB sigue siendo iniciar las obras tras la temporada turística, el 15 de septiembre.

Los aparcamientos

El portavoz del ente portuario aseguró aún no ha recibido de manera oficial la última petición que hizo Vila la semana pasada para que se contemplen aparcamientos para vecinos y comerciantes, aunque destacó que en el futuro «se puede llegar a acuerdos siempre y cuando esto no paralice el proyecto». Según recordó, «Autoritat Portuària fue el primer interesado en que haya aparcamientos» y planteó dos versiones del proyecto que fueron rechazadas por el Consistorio: la primera con los actuales aparcamientos en superficie y la segunda con un parking subterráneo. «El proyecto ha pasado de tener parking en superficie, a tener parking subterráneo, a no tenerlo, pero los que siempre hemos dicho que se necesitaban somos nosotros», insistió el portavoz.

Respuesta al Pepri

Con respecto a las objeciones de los técnicos del Pepri, el portavoz explicó que su informe «se ha rebatido punto por punto», a la vez que recordó que «no es vinculante». Entre otras cuestiones, los técnicos pedían que no se construyera un edificio al final del puerto porque afecta al muro, que es un elemento catalogado. Según APB, será para dar servicio a los cruceristas y no se contempla para esta primera fase, con lo cuál «no se puede aprobar ni desaprobar».

Con respecto a las pérgolas y parasoles, que para los técnicos incumplen el reglamento del Pepri e inciden «negativamente en la visión de la fachada», APB respondió que «crean una secuencia poco agresiva de espacios y mejoran la situación actual». También recordó que otros técnicos municipales las aceptaron.

Sobre la petición para que se instalen árboles en la plaza Antoni Riquer, aseguró que se incluirán si lo pide Vila, y también se cambiarán los elementos que se consideran peligrosos por el Pepri como una piezas «prismáticas triangulares» previstas en el paseo.

APB niega que el proyecto tenga que ser revisado por la comisión insular de urbanismo y patrimonio (Ciotupha) ya que la actuación «no afecta a Bienes de Interés Cultural (BIC) o catalogados».