Con el contexto de la grave crisis económica, Eivissa se erige como uno de los territorios donde mayor impacto está teniendo el uso de monedas sociales como herramienta de intercambio alternativa al euro. Impulsada desde hace dos años por la Cooperativa Integral d’Eivissa (CIE), el eco –la moneda social de la isla, que guarda un valor equivalente al euro– cuenta con más de 300 usuarios y ha movido en este tiempo más de 70.000 ecos.

Por el momento, dicha actividad no está sometida a ninguna regulación más allá de la que adoptan los propios miembros de esta comunidad, que decidieron aplicar una tasa interna del 5% en todas las transacciones para financiar iniciativas colectivas que promuevan, como la producción y el consumo local.

Isabela Alonso, usuaria del eco, asegura que la moneda social ha resuelto buena parte de sus necesidades: «Los uso para todo lo que puedo: alimentos naturales, medicinas alternativas y terapias, a los que tengo un acceso más fácil con ecos».