En la imagen se pueden observar varios puntos de fondeo alegales en Tagomago y embarcaciones que hacen uso de ellos. | Sergio G. Canizares

La cofradía de pescadores de Eivissa se queja de que hace unos tres años que no pueden pescar caramel, más conocido como gerret d’artet, en Tagomago por culpa de las cinco boyas de fondeo que hay delante del islote.

Los mismo pescadores saben que estos puntos de amarre no están autorizados, ya que el propietario de la isla, Matthias Kuhn, pidió en 2013 una autorización para cinco de estas boyas y aun no ha recibido permiso alguno.

En mayo del mismo año la cofradía de Eivissa puso en conocimiento de la Demarcación de Costas y del Consell d’Eivissa estos hechos. Desde esta institución alegan que las zonas de anclaje de las boyas, las cadenas que las sostiene y las propias boyas son puntos de colocación de artes de parada históricos. «Se trata de una tradición ancestral» sostiene el secretario de la cofradía, Pere Valera. Dichos puntos se reparten por toda Eivissa, en Tagomago hay dos, y uno de ellos coincide con un punto de fondeo no autorizado. Según la cofradía, la dependencia económica podría verse alterada si se otorgara la concesión administrativa de este punto de sondeo.

En el escrito remitido a Demarcación de Costas, alegan que la superficie total de envoltura de las boyas es de 13.906 metros cuadrados, y esta afecta negativamente a la pesca del gerret d’artet, un pescado muy apreciado y cuya veda se abre de octubre a abril.

La actividad pesquera en Tagomago es frecuente debido a la cantidad de este tipo de pescado que se acumula en la zona . Si se autorizan los puntos de fondeo, el tráfico de embarcaciones reducirá la población de esta especie, y las capturas se verán reducidas al interferir estos puntos en dicha zona de pesca. Además la interacción con este tipo de instalaciones llevan a cabo la rotura de las redes de pesca lo que supone un perjuicio económico importante para los pescadores.

Desde la cofradía se quejan de la falta de información. «No nos informaron en ningún momento de la solicitud de concesión administrativa de estos puntos de fondeo, fue un colaborador nuestro de Sant Carles el que nos avisó tras verlo publicado en el BOE», asegura Valera, además «alguna de las bases de hormigón descansan encima de praderas de posidonia oceánica», puntualiza.

Por otro lado la cofradía también plasmó en sus alegaciones, que la Fundación Isla Tagomago no cumple con su objetivo estatutario de conservar, preservar e impulsar acciones de protección de las especies y su hábitat, ya que se han detectado restos de obras en el fondo del mar, aunque luego se retiraron.