César Hernández (Madrid, 1933) estuvo en el quirófano integrado del nuevo hospital y aseguró que con los avances tecnológicos la cirujía «ha cambiado muchísimo». g Foto: SERGIO G. CAÑIZARES | (c) Sergio G. Canizares

«Es un hospital muy grande, enorme, los profesionales se pierden por los pasillos y las dependencias». Si bien parecen declaraciones recientes referentes al nuevo hospital Can Misses, estas afirmaciones se escucharon 30 años atrás, cuando se hizo el traslado de s’Ambulatori al actual Can Misses, que se inauguró el 22 de diciembre de 1984. El centro empezó su andadura con el doctor César Hernández Soto como director, que ayer conoció el nuevo hospital acompañado por el gerente del Área de Salud de Eivissa y Formentera, Ignasi Casas, y la secretaria de dirección y antigua compañera, Montse Guasch.

«Este hospital es un poco ‘too much’, es exagerado. Me dicen que es el doble de grande que el otro, pero a mí me parece que es 30 veces más grande», apuntó el doctor Hernández, que se atrevió a lanzar preguntas al gerente: «¿Qué vais a hacer con todo esto en invierno? ¿poner mantas? ¿Y qué vais a hacer con el viejo Can Misses?». La respuesta a la primera cuestión fueron risas, ante la segunda, Casas explicó que «en la parte de arriba irá administración y en la de abajo la concesionaria».

El cambio

Durante la visita, Hernández recordó que el traslado al actual Can Misses fue un cambio «asombroso» para Eivissa, ya que se pasaba de un «pequeño ambulatorio de 200 metros cuadrados a un hospital de verdad». «No teníamos ni idea de lo que era un hospital grande, pero hicimos un gran esfuerzo y conseguimos que funcionara», apuntó el cirujano, que recordó que el traslado se hizo «de un día para otro» en el que colaboró «todo el mundo», desde enfermeras, auxiliares y médicos hasta la Guardia Civil, los bomberos o taxistas. Incluso hubo trabajadores que se quedaron a dormir en el centro aquella noche. Una hazaña que recuerda «con orgullo» y convencido de que crearon «un buen hospital».

Después de 16 años sin ejercer como cirujano y con 81 años, Hernández recorrió los pasillos del nuevo Can Misses, donde se encontró con antiguos compañeros y destacó los avances tecnológicos. «La cirujía ha cambiado muchísimo. Si entrara ahora en un quirófano haría el ridículo», confesó el exdirector, que recordó que ahora se hacen muchas operaciones con endoscopia.

Homenaje

El Área de Salud de Eivissa y Formentera agradeció a César Hernández su trabajo con esta visita y un acto de reconocimiento que contó con la presencia de una treintena de compañeros de profesión. La que fue su auxiliar de cirujía, Lurdes Serra, fue la encargada de entregarle la maqueta en miniatura del nuevo hospital que el arquitecto Luís Vidal dio al gerente Julio Villar en el acto de la colocación de la primera piedra. Hernández mostró su agradecimiento con buen humor: «Al hospital que inauguréis dentro de 30 años también me llamáis».