Antonio Tur y el párroco Josep Lluis Mollá portaron la imagen en Es Cubells. | Sergio G. Cañizares

Cientos de fieles volvieron a demostrar ayer en Es Cubells, Portinatx y Sant Antoni su respeto y admiración por la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, en las distintas misas y procesiones que se celebraron durante toda la jornada.

La más madrugadora fue Es Cubells, la pequeña localidad costera del municipio de Sant Josep. Aquí, ni siquiera la mar de fondo que impidió que la imagen subiera en barco ni el sofocante calor que arreció con ganas desde las once de la mañana pudieron con la devoción que se vive por la Virgen del Carmen. Y es que cerca de un centenar de personas no dudaron ni un segundo en recorrer el sinuoso camino que lleva desde la iglesia de esta pequeña localidad del municipio de Sant Josep hasta la orilla de la mar para honrar a la patrona de los marineros y rendir homenaje a los caídos en la mar.

La jornada no comenzó con buen pie. A las diez de la mañana, antes de que comenzara la misa, el parroco Josep Lluis Mollá ya advertía de que la imagen no embarcaría debido a las malas condiciones de la mar, algo que no había sucedido en los últimos doce años. Sin embargo, los feligreses no se amedrentaron y casi por mayoría decidieron que su talla de la Virgen del Carmen, que sólo sale una vez al año de la capilla del Seminario de La Carmelitas Misioneras de Francisco Palau, tenía que sentir aunque fuera sólo unos minutos de cerca el agua. Así que, sin importar la edad ni la condición física y una vez terminada la homilía todos se dispusieron a descender hasta el lugar donde sube desde hace años en la embarcación de los hermanos Pep y Toni de Can Pujolet.