Inauguración Colegio Público Sa Bodega, Vila, Ibiza, Eivissa. Consellera balear de Educación, Joana Maria Camps, presidente Consell insular de Eivissa, Vicent Serra, alcaldesa de Eivissa, Virginia Marí Rennesson, delegada Educación, Belén Torres, directora del centro, Margarita Guasch. | (c) Sergio G. Canizares

La primera lección en el nuevo CEIP Sa Bodega corrió a cargo del arquitecto Ángel García de Jalón y de la técnico de Patrimonio del Ayuntamiento de Vila, Rosa Gurrea, quienes después de la inauguración oficial explicaron a los políticos y a los medios de comunicación los pormenores del diseño del edificio y del yacimiento arqueológico visible que se ha conservado bajo él.

El elemento hallado más significativo es, sin duda alguna, un hipocausto, un sistema de calefacción del suelo utilizado en termas durante época romana. El que se conserva entre la entrada del colegio y la biblioteca data del siglo I, y es el tercero que se encuentra en Eivissa ya que en 1989 se encontró uno en la calle Valencia (ahora bajo un edificio de viviendas), además del de Can Servent, situado junto al hipódromo de Sant Jordi y que está protegido como Bien Catalogado.

Entre los que escuchaban atentamente las explicaciones de García de Jalón y Gurrea estaban las tenientes de alcalde de Vila, Lina Sansano y Mar Sánchez; los regidores del PSOE-Pacte Marc Costa y Alfonso Molina, además del concejal de EPIC Antonio Villalonga. También estaba la delegada territorial de Educación, Belén Torres, que fue felicitada por la consellera Camps por su gestión.

Sin aplausos

Los escuetos discursos de Virginia Marí, Joana Maria Camps y Vicent Serra se quedaron sin los aplausos de los docentes –alguno de ellos ataviado con camiseta de color verde– del nuevo centro educativo. «Es una suerte tener la historia en directo», les dijo la alcaldesa de Vila, en relación a los restos arqueológicos conservados. Una vez acabado el acto, al que se echó en falta a la APIMA (que excusaron su ausencia), los docentes se encerraron en la sala de profesores para continuar con los preparativos del primer día de clase.

El intenso calor vivido ayer hizo sudar la gota gorda a más de un político y periodista, y no fue ningún impedimento a que se llevara a cabo una intensa visita de las nuevas instalaciones.

La directora del CEIP Sa Bodega, Margarita Guasch, que tuvo tiempo de atender a algunas madres de alumnos del centro minutos antes de que llegaron los políticos, les acompañó en todo momento por el edificio. Las aulas de infantil, donde se han intentado limar alguna de las peligrosas esquinas puntiagudas; las de primaria, la biblioteca y el gimnasio fueron las zonas visitadas por la comitiva.

Historia

El colegio de Sa Bodega empezó a funcionar en 1968 como una extensión del colegio de Sa Graduada, donde la masificación de alumnos era preocupante. En 1974 el centro consiguió tener un claustro propio y convertirse en un colegio público.

Su construcción, como la del nuevo edificio, tampoco escapó de la polémica ya que a los ibicencos no le gustó su estilo arquitectónico a pesar de que la UNESCO lo propuso en su día como un ejemplo de arquitectura mediterránea. Mucha gente todavía piensa que el proyecto estaba pensado para construirse en el Sahara, pero la realidad es que el entonces alcalde de Vila; Joan Verdera, viajó a Madrid para conseguir un nuevo centro escolar y el único proyecto que encontraron acorde al presupuesto fue el del arquitecto mallorquín Joan Vidal, que estaba pensado para levantarse en Almería.

En el año 2000, el entonces conseller d’Educació Damià Pons viajó a Eivissa para visitar las obras del IES Sa Colomina y entrevistarse con el director del CP Sa Bodega, Marià Serra, y el delegado territorial de Educación, Antoni Marí, para valorar la posibilidad de construir el nuevo colegio en un solar contiguo al instituto en construcción. Finalmente, y después de catorce años, el CEIP Sa Bodega es ya una realidad.