Desde el pasado año no se ve esta imagen. | GERMAN G. LAMA

El tiempo, tema de conversación imprescindible en el mundo rural, en el trabajo y en los ascensores, ha dado motivos este verano para, nunca mejor dicho, acalorados debates en Eivissa.

En esta estación –hoy empieza el otoño- las temperaturas han estado por encima de lo habitual, destacando la máxima media de junio, julio y agosto, que se ha elevado 1,2 grados por encima de lo habitual.

Pero sobretodo ha llamado la atención la ausencia prácticamente absoluta de lluvia, que se ha quedado un 78% por debajo de sus valores normales.

Según señala la delegación balear de Aemet, las tormentas puntuales propias de final de junio y principios de septiembre «brillaron por su ausencia» y los pluviómetros de las estaciones pitiusas apenas recogieron una gota de agua en todo el estío, exceptuando únicamente tres días en los que se remojó el suelo y poco más.

Así, en todo el verano solo ha llovido el 24 de junio, el 16 de agosto y el 16 de septiembre, superando el litro por metro cúbico en esta última ocasión y solamente en la estación ubicada en Sant Joan de Labritja, donde se contabilizaron 1,6 l/m

2, es decir, un chubasco muy ligero.

Aún incluyendo el mes de junio entero, la cantidad de precipitaciones arrojan cifras sumamente pírricas: nueve litros en casi cuatro meses, lo que supone un 78% menos de lluvia en relación a ese periodo en otros años. Todo ello viniendo además de un invierno y una primavera también más secos de lo corriente, agravando una severa sequía que está afectando a múltiples sectores.

Sin embargo, los modelos meteorológicos que maneja la Aemet señalan que en otoño se registrarán unos volúmenes de precipitación dentro de la normalidad, aunque la agencia se muestra cauta ya que solo señala «probabilidades, no certezas».

Temperaturas

En cuanto a las temperaturas, la entidad apunta que el mercurio se mantendrá «ligeramente por encima de lo habitual» durante el próximo trimestre, prolongando los altos registros de los últimos meses.

Durante el verano, la temperatura media se situó en 24,2 grados, superando en ocho décimas los valores normales. A su vez, la temperatura máxima media alcanzó los 29,6ºC, lo que supone un incremento de 1,2 grados respecto a las máximas de referencia. Las mínimas también subieron, aunque algo menos, hasta llegar a los 18,9 grados, cuatro décimas por encima de lo habitual.