Unas gotas de lluvia hicieron temer por los actos de la fiesta, pero fue sólo un susto que hizo sacar algún que otro paraguas | Toni Escobar

No se recuerda un día grande de Sant Mateu d’Albarca tan multitudinario. Ya lo dijo Pepita Gutiérrez, alcaldesa de Sant Antoni de Portmany al cual pertenece Sant Mateu. «Hay mucha gente del pueblo que no vive aquí. Muchos viven en le camino viejo de Sant Mateu, en Puig d’en Valls, pero hoy, en domingo, han podido juntarse todos y celebrar la fiesta con su familia y sus abuelos que en otras ocasiones han tenido que pasar esta fiesta solos. Este año ha habido pleno total, hemos batido un récord de asistencia», afirmó.

Media hora antes de que empezara la misa, los vecinos, ataviados con sus mejores galas, ya ocupaban todos los asientos disponibles de la parroquia. El Grup Folklòric sa Colla d’Aubarca entró en la iglesia repicando sus enormes castañuelas como si de un ejército de caballos se tratara. La misa, oficiada por el Obispo de Eivissa y Formentera, Vicente Juan Segura, empezó diez minutos tarde y tras más de una hora de ceremonia, la procesión salía de la parroquia con ocho imágenes a cuestas, una de las cuales cayó al suelo al tropezar una de las feligresas que la portaba.

Ya en las pistas deportivas de San Mateu, sa Colla d’Aubarca realizó una muestra de ball pagés y sus invitados, 32 balladors de la Escuela de Música y Danza de Mallorca, encandilaron al público con su actuación. Luego orelletes y vino payés para todos, con el desfile de carros y motos antiguas traídas por El Club de la Moto Clássica d’Eivissa i Formentera.

En el centro socia del pueblo también pudo visitarse una exposición de 18 cuadros de paisajes ibicencos, del pintor Guillermo Gil.