Tras años de negociaciones con la administración, Demarcación de Costas, ayuntamientos, Consell d’Eivissa y la Asociación en Defensa de las Casetas Varadero han llegado a un punto de encuentro para proceder a la legalización de todos los varaderos de Eivissa cuyos propietarios lo soliciten.

En la isla hay entre 1.000 y 1.500 casetas de pescadores, de las cuales, unas 65 fueron declaradas Bien de Interés Cultural por el Consell d’Eivissa (más de 50 en sa Caleta, en Sant Josep, y más de 10 en sa Punta des Molí, en Sant Antoni).

La legalización de los varaderos supondrá la obtención de una concesión por 50 o 75 años. Un punto aún por determinar ya que la ley establece 75 años mientras que el proyecto del reglamento 50.
Una vez obtenida la concesión, las casetas podrán ser objeto de compraventa y herencia, e inscribirse en el Registro de la Propiedad. También, se podrán hacer reformas siempre y cuando se obtenga el permiso de obra correspondiente.

Juan José Juan Ferrer, presidente de la Asociación en Defensa de las Casetas Varadero, explicó que hay dos vías para conseguir la legalización. La primera es mediante la declaración de Bien de Interés Cultural, es decir, las casetas protegidas por el Consell ya pueden empezar a tramitar la solicitud. Ello obedece a la modificación de la Ley de Costas donde se incluyó un artículo que admite la legalización de «instalaciones situadas en el dominio público marítimo terrestre protegidas por entidades locales como Bien de Interés Cultural», aclaró Juan.

Pero aún faltaban el resto de casetas, y es aquí donde aparece la segunda vía: el uso privativo de una concesión. Juan explicó que se reunieron con el actual delegado de Demarcación de Costas en Baleares, Gabriel Pastor, y éste les trasladó el «ánimo por parte de la administración de legalizar todas las casetas varadero típicas de la costa, un patrimonio de años y años», ya que «la nueva Ley de Costas permite expresamente el uso privativo de una concesión. A través de esta vía puede legalizarse todo aquello a lo que se le pueda dar una concesión y que reúna las características de una caseta de pescador», explicó.
Así se abre la posibilidad de legalización de las casi 1.500 casetas varadero sitas en las costas de Eivissa.

Al poder ser objeto de reforma, la intención es conseguir una imagen uniforme y adaptada del conjunto de las casetas sin que existan elementos que distorsionen el terreno, con un equilibrio e integración con el paisaje que ocupan.
«Por ejemplo hay muchas que aún tienen uralita y cuando sean legalizadas se podrá sacar sin problemas, así como hacer otras reformas que ahora no son posibles», dijo Juan. Se trata de que las casetas estén «bien arregladas para el uso funcional para el que están hechas, que es guardar el barco de pesca», concluyó.