Desorientación. Ayer, fueron muchas las personas que entraron en la oficina, se encontraron con que las pantallas no funcionaban y la máquina que se muestra en la imagen superior tampoco. Fotos: DANIEL ESPINOSA

Con el final de la temporada turística, la oficina del SOIB se llena de gente para tramitar las prestaciones por desempleo. Una estampa más que habitual en el otoño de las Pitiüses sino fuera porque desde hace un mes las máquinas que informan del turno que toca para pasar a las mesas están estropeadas. Laura y Caty tenían cita a las diez menos diez y a las diez y media de la mañana de ayer, respectivamente. La primera tenía el número 107 y la segunda el 145. A las once de la mañana estaban atendiendo a la persona que llevaba el número 80, por lo que estas amigas sabían que la mañana sería larga: «Esto es un follón; no sabes cuándo te toca y van gritando los números porque las pantallas no van. He visto más veces la oficina llena, pero no tanto como hoy [por ayer]».

En el lado izquierdo de la oficina (para demandantes de empleo), el guardia de seguridad se encargaba de anunciar en voz alta a quién le tocaba pasar a las mesas. En el lado derecho, en el que se tramitan las prestaciones y se realizan diferentes gestiones, son los mismos empleados de la oficina los que anunciaban de viva voz qué número tocaba. «Da vergüenza que pase esto y más a final de verano, que es cuando más gente hay», explicó José Luis, que ha trabajado en verano de controlador de ambiente.

A las aglomeraciones en el interior de la oficina se sumaban quienes entraban por primera vez y se encontraban desorientados porque no sabían dónde tenían que acudir. Para amenizar la espera fueron muchos los que optaron por tomar café o desayunar en las cafeterías cercanas a la oficina.

Según ha podido saber este periódico, las pantallas no funcionan desde hace un mes y desde Palma vinieron a ver qué pasaba y qué es lo que fallaba, pero por el momento no se ha puesto solución.

Sin respuesta

Es preciso destacar que este periódico intentó comunicarse ayer sin éxito y a través de varios números de teléfono con el SEPE-Balears para conocer por qué había sucedido esto y aún, un mes después, no se le ha puesto remedio.