Cuando llegue el cierre definitivo se pondrá fin a uno de los lugares más emblemáticos de Eivissa. A día de hoy, el aspecto es desolador, con los locales vacíos y con carteles de actuaciones y exposiciones que se han celebrado hace meses. Fotos: SERGIO G.CAÑIZARES | (c) Sergio G. Canizares

No son los últimos de Filipinas pero sí los últimos de la Galería Serra. El estanco alquilado por Guadalupe Benavides, la joyería Viñets y los cines Serra son los tres últimos negocios que siguen abiertos en esta mítica galería situada en el paseo de Vara de Rey de Vila mientras esperan estoicamente que alguien les comunique oficialmente que tienen que marcharse ante el inicio de las obras que transformarán el lugar en un hotel de cinco estrellas.

De momento, tanto Guadalupe Benavides como los trabajadores de la joyería, una de las más exclusivas de Vila, aseguraron ayer a PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA que no saben cuando llegará ese día. «Nosotros no sabemos nada al respecto y como desconocemos cuando tendremos que cerrar definitivamente seguimos abriendo y atendiendo a los clientes con la misma sonrisa que desde el primer día», confirmaron dos de los empleados de Viñets.

Por su parte, Benavides, que lleva con el estanco alquilado desde 1975, explicó que desde hace más de dos meses no tiene noticia de los promotores de la obra. «El tema lo lleva mi abogado porque como a mi me ofrecieron un local para cambiar por el que tengo ahora que no me convenció en absoluto he pedido una indemnización que me parece justa para marcharme y de momento nadie me ha comunicado nada», aseguró esta trabajadora, con cierta nostalgia en la mirada, puesto que cerrar supone «dejar atrás más de media vida».

Más incertidumbre gira en torno a los cines Serra, cuyo aspecto actual data de 1966. Algunos testigos aseguran que los empleados les han asegurado que cerrará definitivamente sus salas el próximo dos de noviembre aunque hasta el momento esto no ha podido ser confirmado por el dueño de los cines, Juan Carlos Ferrer. «No puedo adelantar nada porque en breve mandaremos una nota de prensa a todos los medios de comunicación explicando como se encuentra la situación», contestó Ferrer a este periódico.

Lo cierto es que desgraciadamente tarde o temprano la joyería, el estanco y los cines seguirán el mismo camino que ya emprendieron antes Deportes Olympic, que se ha mudado a escasos metros, en la calle Ramón y Cajal, la tienda de muñecos de peluche Tu Regalo, la tienda de fotografía Foto Torres, que ofrecía revelados en color y blanco y negro, reportajes de bodas y vendía películas de cine y cámaras fotográficas, Laser Color que imprimía camisetas o plastificaba documentos, o la tienda de perfumes Azabache Ibiza.

Hotel urbano de lujo

Los orígenes de esta galería mítica de Eivissa se remontan a a marzo de 1912, cuando Àngel Serra, que había sido empresario del Teatro Pereyra, solicitó la cesión de un terreno situado al lado del paseo de Vara de Rey para hacer una caseta destinada a acoger una sala de cine que se inauguró en mayo de ese mismo año y que fue derribada en 1928 para ser sustituida por el Cine Serra. Fue conocida como Sa Barraca o Pavelló de s’Eixample y con la llegada del cine sonoro mantuvo una gran competencia con el Teatro Pereyra decantándose finalmente la balanza a favor del primero, que en 1966 decidió cambiar su aspecto para mudar en el que tiene actualmente.

Sin embargo, todo eso cambiará cuando se apruebe el proyecto de construir en el lugar un hotel urbano de lujo de más de medio centenar de habitaciones proyectado por el conocido arquitecto catalán Carlos Ferrater, uno de los impulsores en la década de los 70 de la Ciudad Instantánea, y autor de la Casa Tagomago, situada en Sant Carles.

El principal problema que se encuentran los promotores es que la galería está afectada en su fachada frontal, que da al paseo de Vara de Rey, por el Plan Especial de Protección y Reforma Interior de sa Penya, la Marina y zona del Eixample (Pepri), y en la parte trasera por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y aunque según fuentes municipales el edificio no tiene «grado de protección alguno», para poder derribarlo tendría que dar el visto bueno la Comisión Insular de Ordenación del Territorio y Patrimonio Historicoartístico (Ciotupha).

Además, según un informe del Consistorio de Vila, los usos permitidos en la fachada afectada por el Pepri son de equipamiento y planta baja, en la zona trasera comerciales en planta baja, y en los pisos superiores viviendas, oficinas privadas, hostelería y servicios administrativos.

Hasta el momento, y tras acordarse la reconversión del edificio en un establecimiento turístico de ciudad, únicamente falta que el proyecto cumpla las prescripciones que marcan los técnicos del Pepri para la obtención de licencia municipal. Precisamente, a principios del pasado mes de sepetiembre, éstos volvieron a evaluar el proyecto básico y a la espera de la resolución que adopte la comisión política, marcaron una serie de prescripciones, en su mayoría de tipo estético.