Una barca desguazada permanece en medio de la propiedad, situada en Port d’es Torrent, desde hace más de tres años, cuando Prensa Pitiusa denunció la situación. | (c) Sergio G. Canizares

Un cementerio de chatarra se abre paso desde hace casi un lustro en Port d’es Torrent. En una finca sin vallar, cuyo propietario lleva buscando años el Ayuntamiento de Sant Josep, se acumulan kilos de escombros y basura. Los desperdicios, entre los que destacan neumáticos, electrodomésticos e incluso una embarcación en descomposición, dibujan un panorama devastador. La zona es el caldo de cultivo idóneo para la proliferación de animales e insectos, así como gases contaminantes.
Desde hace años se viene denunciando esta situación. El propietario de la finca, situada entre las calles Conca, es Caló, Sant Agustí y el propio torrente, está en paradero desconocido para las autoridades, que ayer reconocieron la urgencia por habilitar una propiedad situada en suelo rústico y que únicamente se puede destinar a fines agrícolas o ganaderos.
La concejala de Participación Ciudadana de Sant Josep, Manuela Quintas, reconoció que los técnicos están «trabajando en localizar» al propietario de los terrenos para notificarle su deber de limpiar la zona. «Se ha emitido un informe del estado del terreno y se iniciará un expediente de requerimiento al propietario», sostiene la responsable de la zona de Cala de Bou, quien admitió desconocer la identidad del dueño de esta finca. Quintas aprovechó para anunciar que también se está trabajando para actuar contra los responsables de los vertidos ilegales sobre el mar en la desembocadura del torrente.
Quintas admite que la acumulación de deshechos en la finca de Port d’es Torrent «viene de hace años» y lamenta que haya personas «que cojan un terreno como este y lo utilicen a modo de vertedero». La responsable de la administración municipal desconoce el plazo en el que será rehabilitado el terreno porque el requerimiento es tramitado desde Medio Ambiente. Tampoco cree que conlleve una multa económica para el propietario el hecho de mantener en estas condiciones su terreno desde hace cinco años. Aún así, reitera que «se va a requerir que se haga la limpieza del terreno» y que, de no encargarse el dueño, «lo hará el Ayuntamiento pasando posteriormente la factura al propietario».
Los terrenos no están vallados y es habitual que cualquier ciudadano se tope con este vertedero improvisado. La concejala de Participación Ciudadana de Sant Josep admite que «es un sitio bonito por el que se puede pasear», pero opina que para darse de bruces con los escombros y desperdicios «tienes que adentrarte al terreno». «Normalmente no van niños, pero personas mayores o gente joven puede encontrarse con todo aquello», lamenta.
Por otro lado, critica la actitud de las aquellos ciudadanos que vierten en zonas como esta sus residuos en lugar de llevarlos a puntos limpios. «En la deixalleria de Cala de Bou no se les suele cobrar hasta un cierto peso. Una persona que quiere desprenderse de una lavadora podría llevarla a la deixalleria. Hay falta de educación en este sentido», concluye.
Pese al aparente empeño de las autoridades por solventar esta situación, lo cierto es que perdura desde hace años.
Noviembre de 2011
Concretamente, en noviembre de 2011 fuentes del Ayuntamiento de Sant Josep afirmaron que llevaban dos años en conversaciones con el propietario del terreno para que se encargara de la limpieza del mismo y de su vallado.
De hecho, existía por aquel entonces un expediente abierto por depósito de residuos en fase de instrucción y el Consistorio se había comprometido a «agotar todas las vías para solucionar este problema».
El entonces concejal de Urbanismo, Josep Antoni Prats, señaló en 2011 que el consistorio «no está parado y está trabajando para solucionar cuanto antes el problema de los vertidos». Tres años después perdura el cementerio de chatarra de Port d’es Torrent.