Aumenta la diferencia de esperanza de vida entre hombres y mujeres en las Pitiüses respecto al año 2010. Según el Anuario de Envejecimiento de les Illes Balerars de 2014, presentado ayer en Palma de Mallorca, la esperanza de vida para los hombres en Eivissa y Formentera es ahora de 79,99 años y para las mujeres de 85,61, cuando en 2010 los varones vivían una media de 80,43 años y las mujeres 84,85. Así, aumenta la distancia de mortalidad entre sexos en 1,2 años.

El trabajo respecto al envejecimiento de personas con discapacidades y enfermedades mentales realizado por el doctor Javier Ruiz Blanco, e incluido en el anuario, concluye que la esperanza de vida aumentó para los enfermos mentales y que, ahora, tienen mejor calidad de vida.

El estudio revela, sin embargo, que los enfermos con discapacidad intelectual empiezan a envejecer antes, entre los 45 y 50 años, mientras que los enfermos mentales se igualan con la población en general y empiezan el proceso de envejecimiento entre los 65 y 70 años.

El estudio recoge que las patologías físicas que sufren los enfermos mentales no difieren de las que sufren las personas sin patología mental (enfermedades cardiovasculares, diabetes, patología osteorticular). La medicación psiquiátrica, a pesar de los efectos secundarios, no suponen un aumento de la mortalidad en relación a la población no psiquiátrica de la misma edad.

El informe destaca que antes las enfermedades mentales se englobaban en dos o tres grupos y se usaban términos que hoy en día se consideran ofensivos. Por ejemplo, lo que es hoy en día Aspanadif (Asociación de Padres de Niños y Adolescentes Discapacitados de Eivissa y Formentera), entonces se llamaba Aspanasif. Sustituyeron el término ‘subnormal’ por ‘discapacitado’, por considerarse ofensivo.

El trabajo del doctor Ruiz recoge que hace 40 años vino el primer neuropsiquiatra a Eivissa (1974). El especialista disponía de un despacho durante dos horas al día para tratar a los pacientes que en aquella época eran entre 15 y 20. Los ingresos que se producían se llevaban a cabo en Palma, el enfermo era trasladado en barco y bajo la custodia de la Guardia Civil a la Clínica Mental de Jesús, en Mallorca.

A finales de los 70 había entre 20 y 30 pacientes de Eivissa y Formentera ingresados en Palma de Mallorca. La cantidad que tenía que pagar el Consell por ellos era tan elevada que , por razones económicas, decidieron crear una unidad de psiquiatría en Eivissa, con tres psiquiatras, un psicólogo clínico y personal de enfermería y auxiliares para cubrir turnos de 24 horas.