Las bicicletas se convirtieron en las grandes protagonistas de la jornada de ayer.

Que en Eivissa hay pasión por la bicicleta ya es algo que nadie puede dudar viendo la gran cantidad de personas que participaron ayer en el tradicional Día del Pedal que organiza el Ayuntamiento de Vila. Y es que el evento se ha consolidado de forma asomobrosa, celebrándose de forma ininterrumpida desde hace 25 años, y aglutinando cada vez a más personas que acuden sobre sus bicicletas con la única intención de pasar una mañana de domingo festiva.

«Yo vine por primera vez cuando tenía cinco años y ahora que tengo treinta y mi hijo la misma edad que cuando yo debuté es magnífico verle pedalear junto a mi», confesaba Andrés, montado en su mountain bike mientras el pequeño Vicent aceleraba ayudado por unos ruedines en sus ruedas traseras.

No eran los únicos porque si algo abundaban en la plaza de Albert i Nieto de Vila, punto de reunión del Día del Pedal, era además de las bicicletas de todos los tipos y tamaños, las familias. «Teníamos un poco de miedo de que pudiera llover o hiciera frío pero mira, parece que hasta al dios del cielo le gusta el mundo de la bicicleta», bromeaba Andreu, que había acompañado por tercer años seguido en compañía de su mujer Ainara y su hijas Sol y Marga.

Muchas familias

Y parece que llevaban razón, puesto que durante toda la mañana incluso hubo momentos en los que el sol se atrevió a asomarse entre las nubes para ver porque tanta gente se había concentrado en la plaza, engalanados con sus cascos, sus maillots, las camisetas blancas los más madrugadores y las rosas los voluntarios y colaboradores. «Yo les digo a mis hijos que montar en bicicleta es muy sano y divertido pero que siempre lleven puesto el casco porque somos muy vulnerables ante cualquier golpe», explicó Tomeu, que había acudido a la cita con un maillot amarillo de líder del Tour de Francia junto a sus hijos Uriel y Toni.

Sin embargo, el tema de llevar puesto el casco siempre genera algo de polémica. «Yo entiendo que cuando vas a montar en bicicleta por la carretera lo tengas que llevar porque los coches pasan muy cerca y nunca sabes cuando te puedes llevar un golpe, pero en ciudad me parece totalmente absurdo», explicó Ramón.

Precisamente, Ramón, de 34 años de edad y defensor de la bicicleta como medio de transporte en la ciudad desde que vivió en Barcelona, también aprovechó para criticar las multas por no llevar casco o circular por las aceras. «Si se pretende fomentar el uso de la bicicleta como algo ecológico y no contaminante los gobernantes tendrían que tener en cuenta que hay lugares por los que no se puede pasar y que no hay más remedio que ir por la acera», aseguró con indignación.

Afortunadamente ayer los participantes no tuvieron problemas de este tipo porque los tres recorridos planteados por la organización, ‘baby’, infantil y senior, discurrieron por calles como Pais Valencià y Bisbe Abad i Lasierra, las avenidas Ignasi Wallis, Isidor Macabich, Santa Eulària, o el paseo Vara de Rey, en un ambiente festivo. Y es que ayer lo que se trataba era de disfrutar montado sobre la bicicleta.