Una de los perros de Sa Coma juega ayer en la Plaza del Parque de Vila con un niño.

La Plaza del Parque de Vila se convirtió ayer en un gran escaparate al aire libre en el que los voluntarios del Centro de Protección Animal de Sa Coma de Eivissa mostraron más de una decena de perros del centro que se pueden adoptar y otros tantos que ya lo han conseguido. Además, se aprovechó para presentar el calendario 2015 que han preparado los voluntarios del centro con fotografías de perros, gatos y niños y del que se han lanzado unos 1.500 ejemplares a un precio de 5 euros.

Así, Poncho, que en ningún momento salió de la pequeña carpa, Balto, Rocky, Rufo, Toy, Dylan, el perro que más lleva en Sa Coma, o Scott, que posó muy desenvuelto con la alcaldesa de Vila, Virginia Marí, fueron los grandes protagonistas, y uno tras otro hicieron las delicias de los presentes, sobre todo los más pequeños. «Tenemos unos 45 perros y unos 30 gatos que esperan una segunda oportunidad en Sa Coma y por eso es necesario llamar la atención sobre la necesidad de adoptar, pero siempre desde un punto de vista responsable y sabiendo que un animal no es un juguete que se puede abandonar», explicó ayer Alicia de Amador, una de las voluntarias de Sa Coma.

En este sentido, de Amador aseguró que en Eivissa falta «algo» de concienciación ya que, a pesar de que en el mes de octubre se han adoptado 30 perros, «la mayoría gracias a alemanes de Eivissa que los llevan a asociaciones de su país», luego en muchas ocasiones de dejan abandonados, atados o en una caja a la puerta del mismo centro porque «suponen un problema».

Cada vez más gatos

Igualmente, la jornada también puso en valor la necesidad de esterilizar a los gatos para que no siga aumentando el número de ellos que llegan a Sa Coma. «En las zonas rurales de Eivissa es normal tener cuatro o cinco gatos, pero lo que no se dan cuenta es que es un animal que se reproduce con mucha facilidad y que eso al final acaba provocando un problema de sobrepoblación que acaba con muchos gatos abandonados en Sa Coma», explicó el veterinario Miguel Quiñones.