Una plaza abarrotada de público hace corro en torno a la Colla de Santa Gertrudis, que ayer a mediodía ofreció una actuación de ‘ball pagès’ en el día grande de la patrona de la localidad. | Daniel Espinosa

Si en los últimos años los vecinos de Santa Gertrudis no habían podido disfrutar plenamente del día de su patrona a causa de la lluvia, ayer tuvieron la oportunidad de resarcirse con un sol espléndido que invitó a las familias de este pueblo a celebrar su día grande.

La respuesta de los habitantes de esta parroquia de Santa Eulària fue tan masiva, que la iglesia rebosaba de gente durante la homilía que ofreció el obispo de Eivissa y Formentera, Vicente Juan Segura.

Las autoridades ocupaban hasta 30 localidades en las primeras filas, entre los que se encontraban el alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Serra, el conseller del Govern, José Vicente Marí Bosó, el diputado del PP Miquel Jerez o el secretario general del PSOE ibicenco, Vicent Torres.

Más atrás, bancos y pasillos permanecían abarrotados y se agolpaban decenas de personas hasta el vestíbulo, aunque allí a duras apenas pudieran seguir las palabras del prelado.

Durante la eucaristía, el obispo utilizó la parábola de San Pablo sobre los talentos concedidos por Jesús para decirle a los fieles que no solamente deben agradecer las gracias que les ha otorgado Dios, sino que también tienen que utilizarlos, desarrollarlos y potenciarlos para extender el bien dentro de la comunidad.

Entretanto, no menos personas aguardaban en la plaza, que presentaba una estampa de bulliciosa celebración. Muchos, expectantes, iban armados con sus cámaras y teléfonos móbiles con el fin de inmortalizar una escena, la de la procesión, que se hizo de rogar más de lo previsto, pues se inició sobre las 13:30 horas.

La inquietud era máxima ante una comitiva que tardó en ponerse en marcha mientras no paraban de repicar las campanas.

Además, un pequeño problema con las varas para portar una de las imágenes cortó la procesión en dos partes, lo que generó cierto desconcierto. Sin embargo, pocos minutos después el segundo grupo de imágenes salió de la iglesia y se unía a la cabeza, disponiéndose a completar el recorrido por las calles que rodean el templo.

Finalizado el desfile, ya sobre las dos de la tarde, la Colla de Santa Gertrudis ofreció una actuación de música y ball pagès que, a pesar del creciente hambre de los presentes, mantuvo el interés de vecinos y visitantes.

Durante la muestra folclórica, ya entrada la hora de comer, aparecieron las orelletes y el vi pagès, que mitigaron el apetito cuando los estómagos empezaban a gruñir.