La alarma saltó sobre las diez y cuarto de la noche del miércoles, cuando un particular avisó a los bomberos de que salía humo de una nave industrial del polígono de Ca Na Palava, en el municipio de Santa Eulària. Al lugar, la nave de la empresa Frío, en la que se almacena el material de la compañía de helados Frigo, se desplazaron rápidamente dos camiones de los bomberos del Consell d’Eivissa. Ya en el primer vistazo los especialistas comprendieron que se trataba de un incendio de gran envergadura, por lo que se movilizaron todos los medios disponibles e incluso hubo que llamar a los bomberos que entraban a trabajar en el turno siguiente.

La gran cantidad de humo negro y denso que salía de la nave industrial hacía prever lo que se encontraron en el interior, un fuego tan violento que hacía imposible acometerlo desde el interior de la nave, ya que existía un gran peligro de colapso.

«Intentamos entrar, pero se vio que era imposible estar dentro porque había riesgo de colapso, como efectivamente ocurrió, y se procedió a evitar que se propagara a las dos naves colindantes, porque están unidas», explicó ayer por la mañana el jefe de los bomberos del Consell d’Eivissa, Miguel Sevilla. «Si el fuego se hubiera extendido [a las naves de al lado] habríamos tenido un mayor problema, pero logramos confinarlo en lo que es la heladería, es decir, la industria de Frigo», añadió Sevilla.

Con el fin de ayudar a que tanto el humo como el calor salieran del interior de la nave, los bomberos abrieron tres agujeros, uno en el techo y dos en las paredes laterales.

Los bomberos tuvieron que emplear una gran cantidad de agua y de espuma. De hecho, emplearon mangueras de mayor envergadura de lo habitual y con el fin de conseguir la presión suficiente contaron con la ayuda de varios camiones cisterna de Transportes Bufí.

Cuando llevaban trabajando cerca de media hora en la extinción se produjo el colapso la estructura de metal del primer piso del pabellón. Para entonces el fuego ya había acabado con buena parte de la nave industrial y con todo lo que había en el interior, donde había gran cantidad de cámaras frigoríficas.

Tras un intenso trabajo de más de seis horas en el que intervinieron catorce bomberos, el incendio se dio por extinguido. No obstante, en el lugar se quedó un pequeño destacamento para controlar que las llamas no se reavivaran.

Ya por la mañana, los bomberos acudieron de nuevo al lugar para controlar la evolución del suceso e intentar averiguar las causas del incendio.

Finalmente, se desplazó hasta el lugar un equipo de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Eivissa con el objeto de intentar averiguar dónde estuvo el origen del fuego. Sin embargo, el humo y la espuma impidieron la investigación, que se prevé que se reanude hoy.