Rubén J. PalomoEivissa23/11/14 0:00
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Esta semana hemos andado a vueltas con el aparcamiento de es Martell, en el puerto de La Marina. El lunes salió a la luz el rechazo frontal de Vila y del Consell al párking subterráneo, pero a medida que avanzaron los días (y las presiones) el proyecto de la futura fachada marítima se ha ido moldeando. A día de hoy se continúa debatiendo si es más apropiado un aparcamiento soterrado que no altere la silueta de nuestro patrimonio –y que beneficie a los megayates y a los residentes– o bien optar por más plazas en superficie. Parece el cuento de nunca acabar. El Martillo pilón. Lo que tienen claro en el PP es que las obras del puerto deben estar acabadas sí o sí en el mes de mayo. ¿Y qué pasa a finales de mayo? Premio al que lo acierte.

También el lunes conocimos la propuesta de Rogelio Sales como nuevo directo insular del Estado y que la residencia de Sant Antoni abrirá sus puertas el 1 de diciembre, aunque con polémica por la falta de transparencia en el anuncio de la empresa adjudicataria de su explotación.

El martes expresaron sus críticas al volantazo dado en el proyecto del puerto vecinos y comerciantes, y conocimos la propuesta de Vila del cese de Eirikur Casadesús, gerente del Consorcio Patrimonio de la Humanidad, por expresar su opinión sobre la reforma. Además, la Guardia Civil impartió unas charlas sobre la prevención de robos en zonas rurales, por los que ya se han detenido a 64 personas este año en Eivissa. También en clave de sucesos, conocimos la sentencia a 51 años de prisión para los tres acusados del crimen de Benimusa.

El drama de las preferentes también alcanzó la isla. Por suerte –y aplicando el sentido común– la justicia está dando la razón a los afectados y este miércoles conocimos que un juez ha obligado a una entidad bancaria a devolver 38.000 euros a un preferentista de la isla. Y no es el único perjudicado por la venta irregular de este tipo de participaciones.

Además, la Cámara de Comercio premió a Alonso Marí Calbet, la moda Adlib, Pacha y el hotel Cala Saona en su gala anual de la excelencia empresarial.

El jueves amanecimos con la noticia de que gas natural llegará a 300 hogares de Eivissa antes de que finalice el año. Algo de lo que muchos ya nos hemos percatado al observar las obras que se vienen llevando a cabo en Can Misses o Es Pratet.

El devastador incendio que calcinó la nave de Frigo en Ca Na Palava acaparó las portadas de los medios locales el viernes. También asistimos al aumento de la inversión por parte del Consell d’Eivissa en los presupuestos para 2015, donde la instituciones gestionará 81 millones, un 6,6% más que en 2015. Solo cabe esperar que las redistribución de nuestra riqueza brille de igual forma que los ojos de aquellos que aguardan enriquecerse con ella. Aunque en Balears el rechazo a las prospecciones parece unánime, seguro que alguien espera llevarse un buen pellizco con unos sondeos que ya amenazan al mar de Canarias. En Eivissa, el ‘abogado del mar’ José Ortega avisó el viernes de que las exploraciones pueden ser denunciadas como delito medioambiental.

Los hay que no quieren esperar a una sentencia o a que Cairn Energy dé marcha atrás. No en vano, el sábado supimos que Eivissa Patrimoni se plantea indemnizar a la empresa para evitar los sondeos.