Dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía con un empleado de seguridad de la UIB. | (c) Sergio G. Canizares

La Policía Nacional ha destinado dos de sus agentes a la vigilancia de la entrada al recinto de la Comandancia Militar, actual sede de la Universitat de les Illes Balears. Esta guardia –que se realiza durante todo el día– se suma a las medidas que la propia universidad ha tomado, aumentando la seguridad privada de un efectivo a tres, mañana y tarde.

Además, se han cerrado todos los accesos al edificio, excepto uno, para tener un mayor control sobre quien entra y quien sale. Otra medida habría sido la presencia de varios agentes de paisano en el interior de la sede universitaria.

Todo ello después que el viernes pasado se hallara un paquete anónimo que contenía proyectiles de diferente calibre y un manuscrito que amenazaba con matar «de un tiro en la cabeza» a los ocupantes de la sede universitaria si ésta no se recuperaba para uso militar.

Según explicó la coordinadora y profesora de los estudios de Educación en la UIB, Gemma Tur, «los alumnos y profesores están muy sorprendidos y se ha notado una bajada en la asistencia de los alumnos a sus clases». En este sentido, Tur recordó que la asistencia en la Universidad no es obligatoria. La coordinadora aseguró, sin embargo, que los profesores están dando las clases de forma regular y continúan con su rutina laboral de forma absolutamente normal.

Balas en las escaleras

Tur aseguró que ningún alumno les ha notificado el hallazgo de algún objeto extraño dentro de la sede del edificio, tal y como comentó una universitaria en la página web de este periódico. La estudiante comentaba que proyectiles similares a los encontrados en dos colegios de Vila en los últimos días también habían sido vistos en «las escaleras» de la sede universitaria. En todo caso, este hecho no se notificó a la dirección del centro, ya que éste no tenía constancia. Las medidas implementadas continuarán hasta que se aclare la investigación.

Por su parte, la vicerrectora de Cultura, Projecció Social i Seus Universitàries de la UIB, Maria Antònia Fornés, reconoció la sorpresa con la que recibió la noticia del anónimo amenazante. Sobre el refuerzo de la seguridad privada en la sede ibicenca de la universidad, señaló que el objetivo de la institución es «generar confianza entre los profesores y alumnos». Así mismo, advirtió que el equipo directivo de la UIB –con el rector, Llorenç Huguet, al frente– está en permanente contacto con la Policía Nacional con el fin de estar al corriente de cualquier novedad relacionada con la investigación que les afecte.

Cabe recordar que el viernes pasado, en la parte trasera de las instalaciones del Grupo Prensa Pitiusa, empresa editora de PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA, un trabajador encontró un paquete con balas y el citado manuscrito en el que, además de las citadas advertencias a la comunidad universitaria, el autor se atribuía el asesinato de un okupa cometido en el año 2007.

Todo ello estaba escrito con groseras faltas de ortografía, que parecían haberse cometido a propósito, y rodeado por un marco con los colores rojo y gualda de la bandera de España.

El escrito, que también reclamaba la reposición del servicio militar obligatorio y deseaba la muerte a los independentistas, finalizaba espetando un ‘España grande y unida. ¡Viva Franco!’.