Los pequeños estuvieron ensayando durante un mes para la representación de ayer. | Toni Escobar

La iglesia de Sant Josep vivió uno de los momentos más esperados de estas fechas navideñas con la Misa de Navidad que se celebró ayer a mediodía y en la que tuvo lugar la representación del Belén viviente que sucede cada año desde hace más de 20. Para esta representación, los pequeños estuvieron ensayando durante un mes. «Es un momento muy esperado en el municipio, sobre todo por las familias», explicó José Luis Mollà, párroco de Sant Josep.

Los más de 40 niños de entre ocho y 16 años que participaron en esta escenificación viva del nacimiento de Jesús leyeron los evangelios de Mateo y Lucas que hacen referencia a la anunciación a María, el nacimiento en Belén y la adoración a los Reyes. El Belén viviente contó también con la participación del coro parroquial del municipio.