El Mercat de Forada, que cada sábado ofrece artesanías y productos elaborados en la isla, incorporó por un día una amplia colección de títulos procedentes de una biblioteca particular donada a la Cooperativa Integral d'Eivissa. | Toni Escobar

Decenas de personas aprovecharon las cálidas temperaturas de ayer para acercarse a Buscatell, donde el mercado de productos y artesanía local de Forada celebró su particular ‘Día del Libro’, una campaña puntual destinada a promover la lectura y cuyos beneficios se destinarán a la Cooperativa Integral d’Eivissa (CIE), entidad promotora de este mercado.

Bajo el lema ‘Porque leer es una aventura transformadora’, el evento atrajo tanto a los clientes habituales como a otros menos asiduos.

Todos ellos pudieron hacerse con obras de muy diversa índole, que iban desde los grandes clásicos de Shakespeare, pasando por las obras maestras de Unamuno, Larra, Delibes o Baroja y llegando a sencillos libros de recetas, anuarios de todo el siglo XX –incluso uno que se remontaba a 1898- o cómics de ‘El Víbora’.

Libros a un euro

En total, se ofrecía una variopinta colección de unos 500 ejemplares, que se podían adquirir a partir de un euro por volumen –algunos aportaban algo más a su voluntad- y que contribuirán a mantener algunos proyectos de la CIE, como el propio Mercado de Forada, una huerta ecológica que gestiona la entidad en una finca de Sant Antoni o una plataforma online que promueve el consumo local y responsable.

“Se trata de una acción excepcional, aunque quizá la repitamos en el futuro –explicó Jeroni Gómez, portavoz de la Cooperativa- ya que queremos mantenernos como un mercado de productos locales y no convertirnos en uno de artículos segunda mano”.

Y es que en los 17 puestos restantes del mercado se podía encontrar miel, cerámica, bisutería, pan, jarabe de algarroba, bolsos y otras artesanías y productos locales que conforman la propuesta sabatina que se convoca de manera ininterrumpida desde hace dos años.

En este tiempo, los organizadores del mercado han rechazado exhibir productos que no fueran elaborados en la isla, aunque en este caso han hecho una excepción al tratarse de una campaña puntual y benéfica.

Lecturas pendientes

Mientras tanto, los visitantes se agolpaban en el puesto dedicado, buceando entre títulos de Asimov, Unamuno o Delibes, buscando alguna lectura pendiente o repescando algún título disfrutado durante la juventud.

“Siempre he querido leer ‘Hamlet’ y ahora es mi oportunidad”, afirmaba un visitante, que se hacía también con ‘El Rey Lear’”, también del más célebre autor de habla inglesa.

“¡El primer libro en italiano que leí en la universidad!”, exclamaba a su vez Honorio, a quien también se le saltaban las lágrimas cuando veía ‘El árbol de la ciencia’, de Pío Baroja. “¡Qué recuerdos!”, añadía.

“También hay libros de humor”, señalaba sarcásticamente Ricky apuntando un ejemplar de la Constitución Española.

Un anuario de 1975 acompañado de un vinilo con el último discurso de Franco o un cuaderno de pequeño formato titulado ‘Catecismo pedagógico’ de 1925 eran otras de las perlas ocultas que se podían encontrar en el puesto del ‘Día del Libro de la CIE’, junto con algunos ejemplares de la revista ‘Historia y Vida’, cómics de ‘El Víbora’, ensayos sobre el comunismo aragonés o la publicación vinculada al 15M ‘Rebelaos’. Una cálida invitación a la lectura sin distinción de géneros, estéticas, formatos ni censura alguna.