La performance de Amanda Orloff, escenificó con brutal dramatismo el terror de catástrofes medioambientales relativas al petróleo.

La galería de arte P|ART Ibiza organizó ayer una jornada de reivindicación artística en contra de las prospecciones petrolíferas en el Mediterráneo. Más de veinte artistas entre fotógrafos, escultores, pintores y voluntarios participaron en un acto al que acudieron decenas de personas y que contó con la presencia de la televisiva Chelo García Cortés, quien pronunció un loable discurso antes del manifiesto verbalizado por Flor Dell’Agnolo, portavoz de Alianza Mar Blava.

Desde las 16,00 horas, la galería fue un punto de encuentro de información y arte familiar donde los más pequeños pudieron disfrutar de actividades y manualidades. Además, también hubo body painting, performances y multitud de cuadros y fotografías con la lucha contra las prospecciones como denominador común.

«No quiero que lleguéis a ver lo que yo un día tuve que ver en mi tierra, Galicia. Me tuve que llenar las manos de chapapote. No quiero volver a ver las gaviotas blancas inertes en la playa y de color negro. Eivissa y Formentera, con su riqueza marina, es patrimonio no sólo nuestro, sino de toda la humanidad», subrayó Chelo García Cortés durante su intervención, que llegó precedida por la presentación del single ‘Ibiza says No’ de la deejay de la discoteca Pacha B Jones.

A continuación, la representante de Alianza Mar Blava celebró la ausencia de petróleo en aguas de Canarias; recordó el «récord histórico» de haber reunido 128.000 alegaciones contra los sondeos y expuso los tres objetivos de su organización: «Que el Mediterráneo sea declarado un mar libre de prospecciones, lograr la publicación de la Declaración de Impacto Ambiental negativa al proyecto de Cairn Energy y fomentar el desarrollo e implantación urgente de la eficiencia energética y las energías renovables». «Sería un escándalo político que la petrolera se saliese con la suya después de la ejemplar movilización ciudadana contra las prospecciones», concluyó Dell’Agnolo.

Amenizada por un catering, la exposición alcanzó uno de sus puntos álgidos con la performance de Amanda Orloff, quien escenificó con brutal dramatismo el terror de catástrofes medioambientales relativas al petróleo.