Presentación del informe del GEN-GOB sobre fondeo 2014. | (c) Sergio G. Canizares

El grupo ecologista GEN-GOB Eivissa ha realizado un estudio sobre el impacto de los fondeos de embarcaciones en las praderas de posidonia durante la época estival, en el que denuncian la situación de deforestación de esta especie por la «creciente presión náutica». El estudio incluye un story map online con la localización de los puntos de anclajes de las cuatro zonas «más saturadas» de Eivissa (Talamanca, Porroig, Cala d’Hort y Cala Salada). Un trabajo de campo que se realizó durante el pasado mes de agosto.

Entre las principales conclusiones, destacan la situación «variopinta y caótica» de las zonas de fondeo y denuncian «el desbordamiento y la falta de capacidad» de la administración para efectuar «una gestión que garantice el uso público, la conservación de los hábitats y los recursos marinos y la gestión del sector público náutico deportivo». Según anunciaron, enviarán el informe, titulado ‘Posidonia, una responsabilidad compartida’, a las instituciones competentes para que actúen de forma «urgente» antes de que empeore la situación para garantizar la conservación del patrimonio natural sumergido. «Si no cambiamos la tendencia ahora, los daños ocasionados pueden ser irreversibles», aseguraron desde la asociación, que recordaron que el proceso de crecimiento de la posidonia es «muy lento» (dos centímetros al año).

El encargado del estudio, Jorge Sáez, destacó que las estructuras fijas (anclas, bloques de hormigón o neumáticos) provocan un impacto erosivo sobre las praderas de posidonia, por la acción de sus cadenas durante el borneo de las embarcaciones amarradas. Además, alertó sobre la entrada de algas invasoras, que aprovechan la deforestación de las praderas e impiden su asentamiento.

La bahía de Talamanca es la que exige una actuación «más urgente» por la ocupación «masiva» de embarcaciones durante el verano, que ya han arrasado 37 hectáreas de posidonia. «Funciona como un puerto», denunció Sáez, que alertó que solo se puede revertir la situación con la prohibición de los fondeos.

Para poner freno a esta situación, el GEN propone limitar el fondeo en las Pitiüses, retirar anclajes fijos, eliminar los que estén en desuso y habilitar zonas de amarre con fondeaderos ecológicos. Los ecologistas recordaron que por las islas pasan unas 60.000 embarcaciones anuales.