En la imagen, se puede ver un boceto de la instalación propuesta por APB, un edificio de cristal sobre unas escaleras de 1,35 metros.

El edificio que propone la Autoritat Portuària de Balears (APB) en la zona de es Martell es de 626 metros cuadrados y una única planta, es decir, tendría 1.732 m2 menos que el que existe ahora. El actual tiene 2.358 m2 repartidos en tres plantas con 786 m2 por planta. El total de volumen edificado asciende a 8.253 metros cúbicos en el edificio de ahora. La propuesta recuerda, además, que la actual instalación está «en desuso y hasta julio de 2013 tenía el uso de estación marítima». El edificio de servicios que defiende el gestor portuario cuenta con 31 metros de longitud y 20 metros de ancho, lo que da de resultado una superficie de 626 metros cuadrados. En la propuesta se destaca que con el nuevo edificio se conseguirá una reducción «considerable» de la superficie y el volumen edificado en el contramuelle.

En el interior se prevé una oficina de información turística del Consell, un espacio para Capitanía Marítima y otro para «locales comerciales» a los que se añade unas escaleras y un ascensor de acceso a la terraza que ejercería de mirador. Entre la estatua del pescador y el edificio hay proyectada una plaza.

Después de elecciones

Cabe recordar que esta propuesta llegó a la junta de portavoces de Vila y se acordó pedir a la APB que no hicieran el edificio y sí una plaza pública. El gestor portuario contestó que no construirá el edificio, pero dejará el actual, con lo cual no habrá plaza.

Sobre la decisión de ambas partes, el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Serra, defendió ayer la postura del equipo de gobierno de Vila al explicar que la alcaldesa «tiene tres mandatos de pleno que se tienen que cumplir» y sobre la postura de la APB aseguró que «es una salida de tono; es un edificio que la APB debería saber que no debería haber existido jamás. Lo que debe hacer el gestor portuario es tirar el edificio actual», explicó Serra, quien apuntó: «Vamos todos a tranquilizarnos y a replantear el nuevo edificio en su justa medida. Ni mantener el mamotreto actual ni la propuesta que nos han presentado; lo que está claro es que no vamos a tolerar ningún tipo de chantaje». Serra reconoció que en el proyecto inicial de la reforma de la fachada marítima que presentó la APB aparece el edificio, pero apuntó que no «no se adapta a lo que pensamos que tiene que ser el edificio». En este sentido recordó que se levanta 1,35 metros y tiene espacios dedicados a superficie comercial.

La propuesta del presidente del Consell d’Eivissa es que la decisión sobre el edificio del puerto «se posponga a después de las elecciones, cuando se hayan establecido las nuevas mayorías y a partir de aquí empezar a hablar de lo que se quiere». Mientras tanto defiende que las obras de la fachada marítima deben continuar. «Pienso que se debe recuperar el consenso que hemos tenido a principio de legislatura y evitar las posturas radicales que nos perjudican a todos; hablar entre todos y llegar a un acuerdo, que es lo que ha posibilitado que las obras de la fachada marítima hayan empezado».

PSOE-Pacte

Por su parte, el portavoz de PSOE-Pacte en el Ayuntamiento de Eivissa, Rafa Ruiz, considera «intolerable el chantaje de la APB a la ciudad de Eivissa». «La APB está demostrando que siempre ha tenido claro lo que quería hacer y le da igual la opinión a favor o en contra del Ayuntamiento y ahora tiene una ‘pataleta’ de niño porque las cosas no salen como quieren», destacó Ruiz. El portavoz progresista destacó que el gestor portuario es «una máquina de hacer dinero a costa de Eivissa y las necesidades de la ciudad ni les preocupa ni les interesan».