El empresario Alonso Marí Calbet tiene cuatro hijos, es aficionado a la navegación y le gusta pescar. En la imagen, Marí Calbet minutos antes de la entrevista. | (c) Sergio G. Canizares

El empresario Alonso Marí Calbet (propietario de Insotel Hotel Group, Marina Ibiza, Trasmapi, Varadero Ibiza, Island Bus y Viajes Ebusus) tiene claro que Eivissa está viviendo un buen momento turístico. Entre los problemas que todavía arrastra la isla se encuentra el déficit de infraestructuras, algo que bajo su punto de vista se debería haber solucionado hace tiempo. «No hay derecho a que la iniciativa privada vaya por delante y que en Eivissa no tengamos las depuradores en condiciones», asegura Marí Calbet. Trabajador infatigable, en sus ratos libres le gusta salir al mar e ir a pescar y la semana que viene se desplazará a Palma a recoger el premio Ramón Llull.

—¿Cómo cerró el grupo empresarial Alonso Marí el 2014?

—Fue un buen año, no nos quejamos. La facturación fue de 87,3 millones de euros cuando en 2013 fue de 82,3 millones. Para el conjunto de Eivissa pienso que también fue un buen año. En nuestro caso ofrecemos productos muy diferenciados, exclusivos y con un precio elevado porque el producto es muy bueno. En la última década hemos reconvertido hoteles que no tenían futuro ni habitaciones grandes. Hemos aumentado la categoría de los hoteles. Tenemos ocho hoteles, 2.500 habitaciones y 8.000 camas; antes de la reconversión teníamos una docena de hoteles.

—¿Cuánto han invertido en estas reformas y qué están reformando en la actualidad?

—Habremos invertido entre 180 y 200 millones de euros en estos diez años. Ahora estamos trabajando en la renovación del Tarida Beach y el Club Tarida Playa. En el Tarida Beach están trabajando más de 300 personas para tenerlo todo a punto para principios de mayo; pasará a ser un cinco estrellas. Tenemos un contrato con TUI y hay vendidas un 75% de plazas. La mayoría de los clientes son ingleses. Pasará a ser un producto Sensatori, que será el primero de Balears en ser así y el segundo del país; es un producto de súper lujo en el que una semana por persona en temporada alta cuesta 3.500 libras. Tarida Playa es un aparthotel más pequeñode tres estrellas que pasará a ser cuatro estrellas que está dedicado al turismo alemán principalmente. En Formentera nos falta por renovar el Club Maryland, que son unos bungalows que tienen mucho éxito, pero se deben reformar. Subirán de categoría; no sabemos si haremos la reforma el año que viene o el otro. Creo que Eivissa debe apostar por las reformas y captar turismo de alto poder adquisitivo. Tenemos que ser capaces de modernizarnos.

—¿Abrirán nuevos hoteles en Eivissa o Formentera?

—No. Nosotros hemos cumplido con Balears. Con la crisis dejamos los proyectos de México parados y apostamos que lo que hiciéramos de cash flow sería para reformar los hoteles de aquí. Antepuse Balears, Eivissa y Formentera a México.

—¿Cómo avanzan los proyectos de México?, ¿cuándo abrirán sus hoteles allí?

—No sé cuándo abrirán; empezaremos a construir dentro de diez meses o así porque antes no podemos por cuestiones de planos y proyectos. En el año 2006 compré unos terrenos en la mejor zona de México (Playa Mujeres) que me costaron 75 millones de euros aquel año. Llegó la crisis económica más tarde y decidimos que antes de salir a México apostaríamos por los hoteles en Balears y dejarlos perfectos. A partir de ahora saldremos a México. En la zona que compré en ese país hay un campo de golf de 18 hoyos, un kilómetro de playa privada, un puerto deportivo y tenemos 280.000 metros cuadrados para construir tres hoteles. Tenemos previsto hacer tres hoteles y 1.500 habitaciones; en esa zona hay siete parcelas de las que yo tengo dos; las demás están todas funcionando, pero nosotros nos retrasamos porque empezó la crisis y apostamos por los hoteles de aquí. En el primer hotel invertiremos cerca de 102 millones de dólares y ya veremos cómo va. Se supone que tendría que ir bien.

—Las cifras demuestran que Eivissa y Formentera están tirando del ‘carro’ en la economía de Balears, ¿piensa que este año seguirá siendo así?

—Pienso que sí. Eivissa tiene mucho nombre a nivel internacional y todas las iniciativas privadas que están surgiendo, como el nuevo restaurante que abrirán Ferrà Adrià y el Cirque du Soleil, contribuyen a posicionar más la imagen de Eivissa. Para mí Eivissa está viviendo un buen momento. En Platja d’en Bossa se han hecho reformas importantes y en general hay muchos empresarios que están invirtiendo en reformas y esto es muy positivo. Se han hecho muchas cosas y creo que vamos por el buen camino porque los números ‘cantan’ y los precios acompañan. Nuestro precio medio de habitación, por ejemplo, está entre los 275 y los 300 euros y llegar a estos números implica que has hecho una inversión muy fuerte. Lo que sí que creo que habría que esponjar zonas de la isla porque si haces un hotel de cinco estrellas que está rodeado de establecimientos sin cuidar ni pintar, pues esto no es positivo.

—¿Qué debería mejorar en la isla?

—Siempre hemos sido maltratados por el Gobierno central y el Govern en cuestiones como las depuradoras y la inversión. No hay derecho a que la iniciativa privada vaya por delante y que en Eivissa no tengamos alto tan básico como buenas depuradoras. Siempre hemos sido la comunidad autónoma peor tratada de España y esto no es de ahora, es de toda la vida. ¿Dónde va el dinero de los impuestos que pagamos? el año pasado pagamos seis millones de impuestos.

—¿Se llegará a declarar el interés general de la línea marítima con Formentera?

—Formentera tiene todo el derecho del mundo a pedirlo, pero es un tema complicado porque para que se haga debe ser rentable y esta línea lo es unos meses al año. Pienso que es una buena idea, pero no es fácil que se haga. Las navieras son empresas privadas, no públicas, y las navieras lo que no pueden hacer es perder dinero. La línea Eivissa y Formentera es rentable de mayo a octubre, pero tenemos la obligación moral de cubrir esta línea también en invierno.

—¿Piensa que la doble y triple insularidad se llegará a contemplar en el nuevo Régimen Especial de Balears?

—No lo sé. Estos temas nunca los he visto finalizados porque creo que es un poco de márketing político. Las regiones ultraperiféricas están contempladas en la legislación europea, pero nosotros no tenemos esa consideración. En Balears nunca hemos sido capaces de que nos tengan en cuenta porque se piensan que aquí todo el mundo es millonario y eso es mentira. Está bien que paguemos impuestos, pero que nos devuelvan lo que nos merecemos.

—En relación a la reforma del puerto, ¿qué piensa de que los barcos de Formentera se muevan al muelle comercial?

—Donde estamos ahora es mucho más cómodo; el muelle comercial necesita mucha obra porque está hecho una porquería. Donde estamos ahora es más cómodo para residentes y turistas. No nos han comunicado ni la previsión de plazos del traslado ni de la estación marítima. Con todo lo que está pasando con la reforma del puerto quiero decir que el puerto siempre ha sido parte de la ciudad y no a la inversa; esto es un tema que no sé cómo va a acabar porque la isla no es fácilmente manipulable. Desde pequeño ya conocí este problema y recuerdo que hubo una gran manifestación cuando Fajarnés era alcalde de Vila. Ya por entonces querían imponer una serie de cosas que no podían ser. Ha mejorado con el tiempo, pero Puertos sigue imponiendo su criterio.

—¿Cómo cerró el año Marina Ibiza?

—Fue un buen año y parece que éste será similar. Es una de las marinas más famosas del mundo y es verdad que es más cara, pero pagamos un cánon de seis millones anuales a la APB. Nosotros ofrecimos una inversión de 27 millones y un cánon de seis millones y ganamos el concurso entre 14 empresas que eran multinacionales.

—¿Hacen falta más amarres en la isla?

—No soy un gran experto en puertos deportivos, pero pienso que lo que hay que ahora está bien. Ahora bien, si se hacen las cosas bien hechas la competencia siempre es positiva.

—¿Eivissa ha salido de la crisis económica?

—Eivissa no ha tenido crisis económica. Eivissa tuvo un bajón en el año 2008, recuerdo que pasamos de 21,5 millones a 14 millones. Después de 2009 vino realmente la recuperación. Cuando hay crisis, el turismo es el primer sector que lo nota, pero también tenemos la suerte de que la gente da preferencia a ir de vacaciones que a otras cosas. Ha habido crisis, pero relativa; no ha habido pérdidas ni cierre de empresas, en todo caso ha habido menos beneficios.