Andrea, con sus mermeladas con productos de Es Pujol.

Can Caus acogió ayer la puesta en marcha del Mercat de Producte Local i Ecològic que se instalará todos los domingos desde las once de la mañana en sus instalaciones. A esta primera toma de contacto acudieron unos diez participantes para ofrecer productos elaborados íntegramente en Eivissa, tanto alimenticios como de salud y bienestar. Además, también se presentaron dos artistas con sus cuadros y esculturas.

En este sentido, destacó la presencia de Toni y Andrea, los responsables de Es Pujol, el museo de Etnología que hay a la entrada de Santa Agnès. Divididos en dos puestos, por un lado él vendía hierbas caseras de Corona, aceitunas payesas «quemadas con cal viva como antiguamente», aceite, almendras, higos secos, miel, pimientos rojo, azafrán e, incluso, ofrecía la posibilidad de que los niños aprendieran a machacar almendras.

Y por otro, Andrea, además de la pasta invención suya a base de algarroba, miel y almendras, ofrecía todo tipo de mermeladas caseras elaboradas con los frutos que crecen en la casa como limón, ciruela, naranja, albaricoque, plátano o membrillo, y todo «sólo con un 20% de azúcar por kilo preparado».

Junto a ellos, a escasos metros, también tenía puesto Agatha, repostera especializada en productos ovolacteovegetarianos y elaborados con algarroba, y que presentaba, entre otras cosas, galletas de jengibre y varios tipos de panes biológicos preparados con esbelta y canut, «un cereal muy dulce, de multitud de posibilidades y apenas conocido en Eivissa», y otros rellenos de espinaca y queso y tomate, mozzarella y albahaca ; y Catalina Ramón, quien acudió con huevos payeses, tomates, clementinas, alcachofas, zanahorias, pimientos rojos y verdes, lechugas, acelgas o distintos tipos de patatas, «recién cogidos» de su finca de Sant Antoni.

Y como no todo era alimentación, también destacaba la presencia de Melania y Samuel, dos jóvenes especialistas en todo tipo de productos para fitoterapia y cosmética natural. Así, en su puesto el visitante podía encontrarse con jabones de algarroba y frígola, aceites, cremas, bálsamos o sales, y todo ello «elaborado con los productos que se encuentran en el campo ibicenco».