Alejandro, de 23 años, junto a sus padres en el Hospital Can Misses, donde se recupera de la caída. Foto: TONI ESCOBAR

Alejandro Delgado es un joven de 23 años con un 86% de discapacidad mental, causada por una falta de oxígeno al nacer. El pasado mes de febrero se tiró desde un tercer piso, en su casa de Sant Antoni, para recoger una pelota y se rompió un hombro y una vértebra. Temían que se quedara paralítico, pero después de la intervención ha podido salir de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Can Misses, donde continuará ingresado «al menos dos o tres meses más», según explica su padre, José Delgado, que considera que «está vivo de milagro». «Él no ve el peligro ni es consciente de lo que le podría haber pasado», recuerda.

«Abandonados»

La familia de Alejandro asegura que este accidente se podría haber evitado si su hijo, en vez de en casa, estuviera en una residencia, por lo que piden que se abra de forma urgente la de Can Raspalls, donde se acogerán a discapacitados psíquicos. El padre asegura que está «desesperado» y que ya no sabe «qué hacer», ya que llevan cuatro años esperando a que se ponga en marcha. Mientras, dice que no puede trabajar porque se tiene que hacer cargo de Alejandro cuando no quiere ir al centro de día de Can Raspalls. «En Eivissa los discapacitados están abandonados, no tienen residencia para pasar la noche, solo queremos que se respeten sus derechos», reivindica José, que explica que tres semanas antes del accidente se reunieron con la consellera de Salut i Benestar Social, Mercedes Prats, pero «todo son mentiras y vemos que nada se arregla».

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Firmas

Los padres han decidido pedir colaboración a los ciudadanos y recoger firmas para que el Consell d’Eivissa tome medidas para que los discapacitados de la isla tengan una residencia y estén «bien atendidos». «Los turistas cuando vienen a Eivissa tienen cubiertas todas sus necesidades, en cambio nuestros discapacitados no las tienen cubiertas», lamenta José Delgado, que reclama que «se tomen cartas en el asunto», porque «son muchos padres los que tienen este problema en Eivissa y le puede pasar a cualquiera».

Dificultades

La familia tiene «dificultades» para hacerse cargo de Alejandro, ya que a veces les «agrede cuando no se sale con la suya». «La paga con las personas que día a día están con él, a la gente que no conoce no les hace nada. Por la mañana es un mundo para vestirle. Mi mujer ha estado dos veces de baja y a mí me rompió el labio», explica el padre, que, entre lágrimas, solicita ayuda para que puedan tener «un poco de calidad de vida» porque «desde que tiene 14 años no vivimos». La situación se agrava para esta familia porque no les renuevan el contrato de alquiler de su casa. Ahora buscan una planta baja, con un precio de entre 500 y 600 euros, porque «de momento Alejandro tendrá que ir un tiempo en silla de ruedas y de aquí en adelante no sabemos lo que puede pasar».